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sábado | 20 abril | 2024
El pasado 11 de noviembre una piedra de 4,7 kilos procedente de una voladura de la cantera de Casalnovo atravesó el tejado de una vivienda, después de volar 400 metros. Ese hecho suscitó las quejas de la familia residente en dicho inmueble, que está formada por la dueña, Josefa Prego, su hija Rosa García y el marido de esta última, Manuel Ayaso, quien no dudó en presentar la correspondiente denuncia en la comisaría de Riveira, a donde le remitieron tras acudir al cuartel de la Guardia Civil de Boiro. Este vecino de la parroquia de Carreira señala que desde entonces han tenido que soportar nuevamente varias explosiones, alguna de las cuales hizo temblar por unos instantes la estructura de la casa.
Manuel Ayaso, que recuerda que hasta hace dos años emitían un pitido o sirena antes de cada explosión y que hace tres meses incluso les fueron a avisar a su casa pero no lo han vuelto a hacer, señaló que poco después del mediodía del pasado 4 de febrero ya vivieron un episodio por las molestias que les causó una voladura de la cantera, que también llevó aparejada una denuncia en la comisaría, y que poco después de las dos de la tarde del lunes se repitió la explosión. Su mujer preparaba la comida y empezó a sentir un prolongado temblor, salió a la calle y luego se produjo una gran explosión que volvió a ponerles el corazón en un puño. Este vecino dijo que ayer se desplazó hasta Noia para poner los hechos en conocimiento de la Dirección Xeral de Enerxía e Minas, “pero alí me dixeron que non podían facer nada por min”, dijo. Cabe recordar que cuando se produjo el suceso de noviembre, desde dicho organismo indicaron que iban a abrir una investigación para determinar lo sucedido y que en función de las conclusiones de ese estudio se tomarían medidas oportunas en caso de considerarse necesarias.
Ante la respuesta recibida en Noia, Ayaso acudió a la comisaría de Riveira a presentar otra denuncia, en la que asegura que no quiere que la cantera deje de trabajar, pero si que usen cargas más pequeñas de voladuras. Y le gustaría que alguien tomase medidas para, al menos, hacer mediciones de ruido y temblores.
