RIVEIRA - Un final feliz tras unas horas de angustia

RIVEIRA - Un final feliz tras unas horas de angustia
Diario de Arousa-2014-04-15-020-61e89f8b

En ocasiones se producen sucesos que crean cierta angustia durante horas, pero que acaban con un final feliz. Es el caso de un aviso telefónico recibido en torno a la una y media de la tarde de ayer en las oficinas el Cuerpo Nacional de Policía en Riveira en el que se alertaba de que un hombre de 86 años, vecino de la Rúa Miñoteiro, en el núcleo de población de Palmeira, no respondía a las llamadas por lo que temían que le pudo pasar algo. Además, los residentes en esa zona indicaron que no lo había salido de su casa desde la noche del domingo, algo que les parecía extraño pues era habitual verlo por el vecindario, pese a que sus sospechas se hicieron sentir especialmente durante la mañana. Los funcionarios de la comisaría reclamaron la presencia de los Bomberos de parque comarcal riveirense para poder acceder al interior de la vivienda.
Según los alertantes, se trataba de un hombre, Manuel P.V., que vive solo en su domicilio, del que solía salir muy temprano a la calle para andar por la zona con bastante frecuencia, por lo que se temían que pudo sufrir algún percance dentro de su casa. Además, no podía salir al tener todas las ventanas y las puertas cerradas y atrancadas con llave, tal y como pudieron comprobar los Bomberos en la inspección realizada para determinar cual era el mejor acceso. Finalmente, decidieron hacerlo por una puerta posterior de la que rompieron un cristal para poder abrirla. Una vez dentro se encontraron con que para acceder a la vivienda debía rebasar dos puertas, una con cristal y otra con una contra de madera. En ese momento, la Policía Nacional comunicó que unos vecinos habían localizado a una hija que tenía la llave de la casa, por lo que aguardaron a su llegada para evitar causar más daños en la vivienda. Los Bomberos aprovecharon ese tiempo para informar al Centro de Atención de Emerxencias 112 Galicia  sobre lo que estaba sucediendo y le indicaron que seguramente se precisaría de una ambulancia, pero no se movilizó hasta que se confirmó que había alguien dentro y cual era su estado.    
Una vez llegó la hija del octogenario con la llave de la puerta principal de la casa, pero no pudieron abrirla ya que la cerradura estaba bloqueada por dentro con otra llave. Fue entonces cuando, con el consentimiento de esa familiar, se optó por acceder por las mencionadas puertas de cristal y la de la contra de madera, que forzaron con ayuda de un punzón y una pata de cabra, para poder entrar. La dotación de Bomberos riveirense y la patrulla de la Policía Nacional entraron hasta una habitación en la que se encontraba la persona a la que buscaban. Según indicaron los equipos de emergencias, el hombre estaba tumbado en la cama y durmiendo, pero que nada mal hablarle él les contestó de forma inmediata y sin problemas, aunque parecía que se encontraba algo desorientado y desconcertado por la presencia de esos efectivos.
Del mismo modo, se pudo apreciar que presentaba un golpe en la frente, así como un derrame en su ojo izquierdo. Al preguntarle por lo que le había pasado, Manuel P.V. respondió que había llevado un golpe y que estaba algo mareado. En ese momento se solicitó a través del 112 una ambulancia, aunque previamente les pusieron con un médico de Urxencias Sanitarias-061 al que informaron del estado de la víctima. Fue entonces cuando llegó el vehículo sanitario con base en el lugar de A Ameixida, cuyos técnicos atendieron al paciente, que consiguió salir de su domicilio a pie, aunque con ayuda. Seguidamente fue subido a la ambulancia, para su traslado al Hospital do Barbanza, donde le realizaron varias pruebas para comprobar su estado. n

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