RIVEIRA-La suspensión de búsqueda cae como un jarro de agua fría en familiares de los desaparecidos del Paquito Dos

Desolados. Así estaban ayer los familiares, amigos y compañeros de Santiago Blanco Treus “Mané” y Juan Antonio Hermo Torrado “Rauliño”, los dos tripulantes del “Paquito Nº Dos” que siguen desaparecidos tras el naufragio de ese barco bateeiro al norte de los bajos de Las Teiláns, a una milla del faro de Corrubedo. El motivo no fue otro que el anuncio de la suspensión hasta el jueves por parte de Salvamento Marítimo de las labores de búsqueda por mar y aire, algo que cayó como un jarro de agua fría sobre ellos. Aún así, fueron algunos profesionales del mar los que salieron a hacer un rastreo con sus embarcaciones, pero tuvieron que quedarse en la zona de la boca de la ría arousana debido a las adversas condiciones en mar abierto.
Además, al haber mareas vivas, los bateeiros están recogiendo mejilla, por lo que también pueden ver algo. De todos modos, tal y como ya se indicó ayer, se mantuvo la búsqueda por tierra con voluntarios y personal contratado de Protección Civil de la zona, así como varias personas cercanas a los desaparecidos. Algunas personas se acercaron tanto al borde de las rocas que tuvieron que ser advertidos por los responsables del operativo de rastreo para que se alejasen para evitar riesgos.
Familiares, amigos y voluntarios siguen acudiendo a diario hasta las inmediaciones del hundimiento del “Paquito Nº Dos”, ya que el faro de Corrubedo es la vela que les ilumina y mantiene viva la esperanza de que aparezcan los cuerpos de “Mané” y “Rauliño”. Indicaron que seguirán yendo hasta que haya resultados y que su impulso no decae pues mantienen la creencia de que aparecerán. En sus rostros y cuerpos ya se nota el paso de los días y la dureza de la busca “que nos desgasta a todos”, manifestó un familiar. Respecto a la búsqueda dicen que les ayuda mucho el hecho de ver sobrevolar un helicóptero en algún momento del día durante esta espera.