Trabajadores del hotel de Río Azor decidieron desalojar a 80 clientes al sentir la amenaza de un incendio forestal

Trabajadores del hotel de Río Azor decidieron desalojar a 80 clientes al sentir la amenaza de un incendio forestal
Diario de Arousa-2015-07-10-025-7462a910_1

Trabajadores del hotel Ofiusa -antiguo Río Azor-, en Palmeira, tomaron la decisión de desalojar del establecimiento a sus 80 clientes, a los que les indicaron que sacaran sus coches y los llevasen al muelle de Insuela por seguridad. Empezaran a ver el fuego pasadas las once de la noche del miércoles y llamaron al 112 para movilizar medios de extinción, sobre todo después de la amarga experiencia vivida horas antes con el fuego avanzando hacia dicho edificio. Señalan que poco después empezaron a ver como el fuego salía por encima de un tanque de gas licuado y que pese que les decían que no había peligro extremo, su percepción de la situación era distinta y tenían que prevenir.  
Entre esta zona portuaria y la playa contigua permanecieron los clientes hasta las dos de la madrugada, cuando se dio la situación por controlada y pudieron volver a sus habitaciones. Ayer había alguno que reconoció que, pese a la comodidad de la cama, no pudo conciliar el sueño pues el fuego aún seguía activo. Desde la Consellería de Medio Rural indicaron que lo dieron por extinguido a las siete y cuarto de la mañana de ayer y puntualizaron que el desalojo del hotel no fue una decisión que se tomase desde ese departamento, ni ninguno de los medios movilizados, pues entendían que no había amenaza. Pese a esto último, incluso varios clientes del camping de Coroso también decidieron salir de esas instalaciones al temer que el fuego lo alcanzase.
Los Bomberos de Riveira lograron proteger, junto a alguna brigada forestal el mencionado tanque de gas licuado y las viviendas situadas en la zona que se vio afectada por el incendio. Muchos vecinos que se percataron de lo que estaba pasando salieron a la calle preocupados y siguieron desde donde pudieron los trabajos de los medios movilizados, entre los que también estaban el Grupo Municipal de Intervención Rápida (GAEM) de Riveira que, junto con algún apoyo, defendió el camping de Coroso, atacando el fuego desde uno de sus frentes. También estuvieron 3 agentes y 3 brigadas forestales y 5 motobombas, además de las Policías Local y Nacional, que crearon un cordón de seguridad para evitar riesgos. 
Lo que no pudieron salvar los equipos de extinción de los efectos del incendio fue un galpón que, curiosamente, se construyó en el terreno en donde hace años ardió por completo una casa de madera. También era visible el esqueleto metálico de un coche, que fue pasto de las llamas. Ese espacio estuvo bastante tiempo en llamas, sobre todo porque había gran cantidad de basura, según precisó diferente personal de los medios de extinción. Al final, ardieron 0,3 hectáreas de arbolado y 0,74 de monte raso, que fue donde se registró el foco del incendio, que se sospecha fue provocado. La Policía Autonómica estuvo por la zona para tratar de dar con el pirómano.
Un cliente del hotel, el ourensano José López, describió con mayor detalle lo ocurrido, pues recuerda que las fuertes rachas de viento hicieron que el fuego fuese incontrolable al principio, llegando a subir por los troncos de los pinos hasta sus copas, lo que a su juicio hacía del incendio mucho más peligroso, además de que las charamuscas se convirtieron en un aliado para que se propagasen las llamas. Del mismo modo, dijo que echó en falta que después de que el incendio registrado por la tarde no hubieran quedado medios de retén ante una reproducción o que un pirómano volviera a plantar fuego. Y respaldó la decisión de trabajadores del hotel de ordenar al desalojo, “pues más vale prevenir que lamentar. La vida de las personas es lo primero”, señaló.
Por otro lado, a las 20.20 horas de ayer se registró un incendio en una finca particular de O Campiño (A Pobra). Al parecer, su dueño desbrozaba el terreno cuando golpeó una piedra y saltaron chispas, que prendieron en la paja y se extendió, generando una densa humareda, y se temía por su detención, por imprudencia. El viento hizo saltar las charamuscas hasta el casco urbano.

Trabajadores del hotel de Río Azor decidieron desalojar a 80 clientes al sentir la amenaza de un incendio forestal

Te puede interesar