El Arosa no da la talla en San Lázaro y acaba vapuleado

El Arosa no da la talla en San Lázaro y acaba vapuleado
El delantero Fran Monroy pelea por un balón con el central David Una, ambos mantuvieron un bonito duelo ayer en San Lázaro juan acha



El Arosa no dio la talla en San Lázaro en una cita crucial por el play-off y cayó goleado por un Compostela superior en todo. El partido duró media parte. Los locales se fueron 2-0 al descanso con los goles de Santi y Mon, y luego el Arosa fue una caricatura de equipo. La goleada incluso pudo ser mayor. Dubitativo, fallón, superado en intensidad… el conjunto de Jorge Otero no demostró su condición de candidato a play-off. En la segunda vuelta había firmado partidos irregulares fuera de casa, pero nunca como el de ayer. A la hora de la verdad, naufragó.

Sin los dos jugadores que menos balones pierden y mayor control de la posesión otorgan al equipo, Sergio Santos, lesionado, y Suso Martínez, en el banquillo por decisión técnica, el Arosa fió su plan al contraataque tratando de aprovechar la velocidad de Fran Monroy en punta. El Compostela juntó las líneas y adelantó su defensa. Ube y Mon se hicieron con el medio campo, donde Sidibé y Óscar estuvieron superados y muy imprecisos.

Diego Rey tuvo una primera ocasión que salvó Pazos. Fran Matos sufría una barbaridad en el lateral derecho. Por ahí llegó el 1-0. Rubén, canterano del Arosa que se reivindicó con un partidazo, le ganó la carrera y el espacio, centró y tras un rebote Santi Gegunde marcó a placer. A remar en contra. El Arosa dio respuesta a los 18 minutos, en un centro de Fran Monroy desde la izquierda que cabeceó Sylla a las manos de Lucas.
El juego se niveló, el Arosa no tenía demasiada continuidad con la pelota por la buena presión local y las malas decisiones visitantes. El Compostela estaba cómodo en esta situación. A los 28 minutos el central David Uña, otro de los destacados del partido, derribó a Fran Monroy, el más incisivo del ataque arlequinado, cuando se iba solo hacia portería. Tarjeta amarilla. La falta la lanzó Julio Rey rozando el poste. El Arosa se fue echando más arriba, pero en la medular cometía pérdidas que daban opción de contra a los locales. Una de ellas le costó una tarjeta a Aitor en falta táctica. En otra, llegó el 2-0. Jugada por la izquierda, balón al borde del área y disparo inapelable de Mon.

El plan de Yago Iglesias se imponía al de Jorge Otero. El Compos se iba 2-0 al descanso, a 3 puntos del cuarto y con el golaverage ganado. El Arosa naufragaba completamente en el mejor escenario de la categoría, mientras sus seguidores se acordaban en la grada de la ausencia de Sergio Santos, el cerebro.
Otero hizo un cambio en el descanso. Dejó fuera a Julio Rey, el que más ganas le pone en cada carrera para presionar, y dio entrada a Antón Vilas. Tras una primera parte irregular, el Arosa firmó una segunda lamentable. Y es que le cayó el tercero muy rápido en un jugadón de Recoba, que se fue por línea de fondo y cedió atrás a Diego Rey, quien marcó tras el rechace de Pazos con el pie.

A partir de ahí, el Arosa desapareció. Bajó los brazos y ofreció una imagen preocupante nunca vista esta temporada. No fue capaz de salir jugando desde su campo y no llegó a la portería contraria. Aitor Díaz fue uno de los que no dejó de competir y evitó varias situaciones peligrosas. Aunque el Compostela, a placer, no dejó de generar. Perdonó el cuarto Rubén a la hora de partido. Luego fue Martín el que lo tuvo tras un pase magistral de Recoba. Era un monólogo local ante un rival que ni siquiera tiró de orgullo para buscar su gol.
El propio Martín, ya en los minutos finales, la envió totalmente solo por encima del larguero. El que sí acertó, ya en el 89, fue Make. El cuarto tanto hizo justicia porque solo hubo un equipo en la segunda parte, que se jugó en el terreno de juego de un Arosa tan desdibujado como apático, para decepción de su afición que se desplazó en un número considerable a Santiago pese al elevado precio de las entradas.

El Arosa pierde su ventaja sobre sus perseguidores. Y sobre pierde crédito en sus aspiraciones. Tendrá que hacer borrón, cuenta nueva y mejorar en muchas cosas porque ahora todos los partidos son cruciales y no todos sus rivales directos van a dejar escapar oportunidades.

El Arosa no da la talla en San Lázaro y acaba vapuleado

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