Crónica de un dominio incontestable

Crónica de un dominio incontestable
El Villalonga quiere adelantar al sábado el partido ante el Marcón para hacer una cena con la proseguir los festejos del ascenso iniciados el domingo

 

El Villalonga logró el domingo su tercer ascenso en sus casi 70 años de historia a Tercera División. Lo hizo sin necesidad de sudar ni de sufrir. Le sobró un mes de competición. Nadie podía imaginar un dominio tan incontestable esta temporada en Preferente Sur. Partió en el grupo de candidatos al ascenso por plantilla, trayectoria e historia. Pero desde el minuto uno se convirtió en el rival a batir. Un líder demoledor de registros. Eficaz e infalible en casa.
Todo empezó ya en pretemporada, cuando el equipo de Antonio Fernández mostró un sorprendente rodaje. Los nuevos fichajes se amoldaron con pasmosa sencillez. Tras pintarle la cara a algún equipo de Tercera, el arranque liguero fue clave. Su carta de presentación fueron siete victorias consecutivas en las que encajó solo 4 goles. El nivel de confianza del grupo se disparó y se generó un ambiente de vestuario siempre favorable. Es algo que apunta el entrenador y también la presidenta Lorena González. “El grupo humano” como clave del éxito. Y es que si el rendimiento de los titulares rayó a gran altura, los jugadores que asumieron otro rol no les fueron a la zaga. Por citar algún ejemplo, Jose suplió con garantías a Adrián Santos cuando este estuvo varios meses de baja tras partirse literalmente la cara en Monte da Vila. Héctor, Alfonso, Pablo Porta o incluso Saúl y Javi Pazos fueron utilizados como revulsivos por el técnico ourensano afincado en Pontevedra, sin que conllevase fracturas en el grupo.
Tampoco la primera derrota, ya en el mes de octubre, desestabilizó al líder. Fue en Porriño por la mínima y las sensaciones del Villalonga fueron buenas pese al tropiezo. Por eso lo que vino luego fue prácticamente la sentencia del campeonato. Los celestes encadenaron 16 partidos seguidos sin perder, con 9 victorias. La seguridad defensiva, los goles de Javi Pazos y Diego Blanco y el liderazgo en la medular de Manu, que lleva bastante tiempo pidiendo a gritos con su juego dar el salto a Tercera, se repetían domingo tras domingo. 
Superado el ecuador del campeonato, eran más de 12 puntos la ventaja sobre el tercero. En ese contexto, el técnico nunca bajó la guardia. Incapaz de ocultar su asombro por la racha del equipo, se midió para contener cualquier conato de euforia. No tuvo que esforzarse demasiado porque la plantilla respondió con madurez ante las victorias. Nunca aflojó. Por eso el último tercio de liga se convirtió en una cuenta atrás hacia el ascenso. Llegó a la segunda oportunidad matemática. Queda un mes para redondear la temporada. 
El siguiente paso es el título. La directiva trata de adelantar al sábado el partido ante el Marcón y planea para el día 15 una comida con los socios

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