David no pudo con Goliat

Día de fiesta en Ribadumia pero a medias. Y es que la visita del Pontevedra es histórica, por ser la primera vez que se produce en partido oficial, y todo muy bonito, pero el Ribadumia perdió, y en esto del fútbol lo que importa de verdad es quien se queda los puntos en juego. Y ayer se los quedó el Pontevedra. Los tres. Y con todo merecimiento. El equipo granate llegó a A Senra enormemente presionado por todo lo que se habló después de las dos derrotas consecutivas y con su entrenador, Manu Fernández, muy cuestionado. Por ello era un partido muy difícil para ellos. Aunque más difícil lo era para el Ribadumia. No por la presión, porque nadie obligaba a ganar al equipo de Gabi Leis salvo el propio entrenador y los mismos jugadores. Pero es que en lógica, el Ribadumia, un recién ascendido, tenía todas las de perder contra el todopoderoso Pontevedra, con una plantilla hecha para el ascenso. Un potencial que ayer quedó demostrado sobre el césped de A Senra.
Desde el principio se hizo con el control del juego el equipo visitante, mientras el Ribadumia hacía un buen trabajo defensivo cerrando espacios pero nulo ofensivamente. Todo se limitaba a balones profundos, demasiado profundos, a los que Changui no podía llegar. Un fútbol directo con el que no hacía daño al Pontevedra. De hecho, solo así conseguía pasar al campo contrario.
Los granates tuvieron tres buenas opciones para adelantarse. En el 18 Kevin entró en el área, regateó a Pazos, pero Miguel, en una acción defensiva impecable, se tiró al suelo y evitó un gol cantado. En el 24 fue Pazos el que salvó con el pie el tanto que pretendía marcar Jorge, jugador que volvió a intentarlo en el 34 con igual resultado. Pazos atajó el esférico.
Pero con Changui arriba todo es posible. El Ribadumia solo se había acercado mínimamente con un par de faltas laterales y una acción puntual del propio Changui. Pero en el 40 del delantero local y pichichi de la liga creó una ocasión de la nada que no fue gol por centímetros. Lloves, uno de los tres debutantes ayer del Pontevedra en liga, desvió a córner con la yema de los dedos. Y en el 44 el Ribadumia tuvo su segunda y última ocasión de gol en el partido. Gran acción de Bisti, que entra en el área, el balón queda muerto y Jesu dispara con la zurda, sacando Lloves con los pies de nuevo a córner.

la sentencia
El partido se rompió a la vuelta de vestuarios. A los tres minutos falta lateral, la saca David Feito al primer palo y allí aparece Pablo, libre de marca, para marcar de cabeza. Ahí empezó a terminarse el partido. Y se terminó del todo en el 58. Martín derriba a Fran Fandiño –el mejor del partido– y ve la segunda amarilla. El Ribadumia se quedaba con diez y ya no hubo partido. Lo acabó de cerrar Pablo Carnero con un golazo en el primer balón que tocaba. Así acabó un partido en el que David no pudo con Goliat.