Edu Charlín desvelará su futuro en el Céltiga tras el derbi de A Senra

“Al final del partido lo sabréis”. El futuro de Edu Charlín en el Céltiga es incierto. “Tanto la directiva como yo sabemos lo que va a pasar”. El entrenador cambadés, que hoy celebra su trigésimo octavo cumpleaños, aclarará su situación en el club al final del derbi de esta tarde ante el Ribadumia en el campo de a Senra (17 horas). Cobra fuerza la posibilidad de que deje el equipo al margen del resultado que se produzca en el partido. “Es una posibilidad”, dice, si bien prefiere pasar de puntillas por esta cuestión porque “ahora no procede” y “toca centrarse en que seamos un equipo unido y que salgamos de esta mala racha”.

El Céltiga lleva cuatro derrotas consecutivas, si bien está siendo la imagen lo que realmente ha llevado al joven entrenador a esta situación de incertidumbre. “Creo que tenemos que ser todos un equipo, remar en la misma dirección y ser compañeros”. Aunque las miradas apuntan al banquillo en el último mes, lo cierto es que los verdaderos protagonistas y máximos responsables de lo que sucede en el campo son los propios jugadores. Charlín lamenta que “tengamos que empezar por la a cuando ya deberíamos estar en la c”, en clara alusión al comportamiento e implicación de los suyos. La pelota está ahora en el tejado de los futbolistas.

El equipo isleño afronta el derbi con las bajas por lesión de Capi y Stefan, además está sancionado Carlos Besada. “En cuanto a puntuación los dos equipos estamos parejos, en cuanto a sensaciones parece ser que no, pero si el Ribadumia no gana será porque algo también hará mal”. A Charlín le preocupa la debilidad defensiva de los suyos. El Céltiga ha encajado 12 goles en los últimos 4 partidos. “Tenemos que parar esta sangría, el equipo debe ser más solvente defensivamente y no tener fallos infantiles”.

El entrenador cambadés, que cogió el Céltiga hace dos años y medio, ascendiéndolo y consolidándolo en Tercera, reconoce que este derbi será especial porque en el otro banquillo estará Luis Carro. “Tenemos muy buena relación, es excompañero como futbolista, sacamos juntos los títulos de entrenador y es mi amigo”.

El Ribadumia afronta el derbi con la misma necesidad de triunfos que sus vecinos, pero con un ambiente más tranquilo y estable en el equipo, cuyo debe está siendo la falta de gol en los últimos partidos.