Joan Miró viaja de lo terrenal a lo cósmico en el Centro Pompidou de Málaga

Joan Miró viaja de lo terrenal a lo cósmico en el Centro Pompidou de Málaga
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Joan Miró aseguró siempre que no sabía dibujar, pero esta disciplina del dibujo se convirtió en un terreno para la experimentación en el que el artista barcelonés se expresó con total libertad, en un tránsito entre lo terrenal y lo cósmico, como muestra desde mañana el Centro Pompidou de Málaga.

Esta institución, inaugurada el pasado 28 de marzo, abre así su calendario de exposiciones temporales, con una selección de 46 dibujos pertenecientes al Gabinete de Arte Gráfico del Centro Pompidou de París.

En 1979, con motivo del 85 cumpleaños de Miró, el museo parisino organizó una gran exposición retrospectiva, a la que el artista correspondió con una generosa donación de casi ochenta dibujos de los que ahora se muestra una selección en Málaga, correspondientes al periodo entre 1960 y 1978.

"Miró supo reinventar el dibujo con experimentaciones en diferentes soportes, técnicas y lenguajes artísticos, que trató con absoluta libertad", ha afirmado hoy en un recorrido por la exposición Elena Robles, responsable de Colecciones del Centro Pompidou de Málaga.

Las obras seleccionadas se dividen en dos tendencias, una más terrenal protagonizada por figuras antropomórficas, seres fantásticos que son mitad hombre mitad animal, y otra vertiente más cósmica, con figuras flotando en el espacio.

Con frecuencia, Miró opta por soportes poco habituales como el cartón, el plástico o el papel de estraza, "materiales poco nobles que le sirven para explotar sus posibilidades expresivas".

Este soporte, que el artista denomina "paisaje preexistente", es en otras ocasiones una hoja de periódico, y lejos de intentar ocultar la tosquedad del soporte, Miró la hace más evidente y llega incluso a crear en 1976 un dibujo con carboncillo sobre un saco de diez kilos de maíz.

En las distintas técnicas que Miró emplea para experimentar y crear formas imprevisibles le interesan especialmente el azar y la espontaneidad, y se observan influencias diversas como el grafiti, el dibujo infantil o la caligrafía oriental.

El visitante a esta exposición temporal, que permanecerá instalada hasta el próximo 28 de septiembre, podrá descubrir así otra de las múltiples facetas artísticas de Joan Miró, que se suma a las de pintor, escultor, ceramista o grabador.

La intención de las exposiciones temporales del Centro Pompidou de Málaga es completar, contrastar y cuestionar los aspectos que se tratan en su colección permanente, de unas noventa obras, y en el caso de esta primera muestra viene a presentar aspectos menos presentes en las piezas permanentes.

La institución malagueña tiene previsto presentar entre dos y tres exposiciones temporales al año, cuya duración se situará entre los tres y los seis meses en función de las obras presentadas, y que se alternarán con una programación de eventos multidisciplinares dedicados a la danza, la performance, el cine o las conferencias.

Joan Miró viaja de lo terrenal a lo cósmico en el Centro Pompidou de Málaga

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