CAMBADOS´-La apuesta por la calidad se juega desde el viñedo

La Denominación de Origen Rías Baixas camina hacia un futuro prometedor. Es casi como una de esas pequeñas empresas que humildemente se van haciendo un hueco en el mercado y con el paso de los años acaban siendo una multinacional. Sin embargo, hay una gran diferencia y está en el producto que tiene entre manos y que requiere la continuidad de un modelo casi manufacturero en lo que al proceso inicial se refiere: el cultivo de la vid porque es lo que la hace especial. El cuidado que sus más de 6.000 viticultores dan a la uva es fundamental para conseguir una producción de extrema calidad por encima de la cantidad y de ahí que el pequeño productor sea una figura clave que debe persistir en el futuro.
Una de las labores que ya empiezan a realizar los viticultores  y de las últimas antes de la recolecta, es el “desfollado” para favorecer la ventilación de los racimos. Los miembros de la Asociación de Viticultores Libres de O Salnés Vendima han empezado estos días con la eliminación de los llamados “chupóns” que no ofrecerán buenos resultados y se retiran para que no resten alimento ni ventilación a los más prometedores.
Su presidente, Manuel Troncoso, recuerda, a pie de finca, que la búsqueda de la calidad ha de ser la máxima premisa de los viticultores y, de hecho, la suya es de las pocas entidades de productores que abogan por mantener el rendimiento estipulado en el reglamento –12.000 kilos por hectárea– y tirar el fruto sobrante si hace falta. Todo ello para enviar a las bodegas solo lo mejor de lo mejor e incluso conseguir mejores precios por su cosecha. Y es que, la DO Rías Baixas no puede permitirse producir cantidades ingentes de vino solo en respuesta a una cosecha abundante porque esto llevaría a un abaratamiento del precio de venta para nadie deseado.
Troncoso explica que Vendima quiere convertirse en un referente para el pequeño viticultor de la denominación de origen. Así, recalca que se trata de una entidad creada por y para los pequeños productores y con una idea muy clara “hai que ter calidade por encima de cantidade para garantir o noso futuro”.
La cosecha que se aproxima será más bien escasa y hasta entonces, los más de 6.000 productores del sello de calidad se afanan en cuidar sus producciones. Los próximos meses son cruciales porque es cuando el viñedo es más sensible a las temidas enfermedades –la que más, el mildiu– y es precisa una vigilancia extrema para evitar mermas que, por ahora, no se ven como preocupantes. n