CAMBADOS- La sardina regresa al Carnaval y no se libró de la quema

El predicador tuvo que dar su responso satírico a cubierto, pero ni aún con esas se libró la sardina de la quema. Cambados apostó este año en el miércoles de ceniza por un entierro de la sardina, después de años decantándose por un muñeco de identidad cambiante. 
La novedad, no obstante, se vio empañada por el mal tiempo, que se ha cebado con estos carnavales en O Salnés y que ayer obligó en municipios vecinos como A Illa a suspender los actos previstos y a trasladar los programados en la Praza do Concello de Cambados, al interior del Salón José Peña. 
Pero aún así, a última hora de la tarde, aprovechando una pequeña tregua de las borrascas, la comitiva festiva abandonaba el local que acogió los falsos llantos por la sardina difunta y se dirigió decidida hacia el litoral de San Tomé, donde finalmente prendieron fuego a la creación objeto de sátira. Ardió lo suficiente antes de que la lluvia regresara de nuevo. 
Antes, Peña sirvió de refugio para las plañideras, un coro gospel y percusión, cánticos, en suma, para honrar a la difunta, sinónimo del Carnaval que toca a su fin, con todos sus excesos. Pero eso sí, antes, un último: El de los dulces típicos, que no podían faltar, y que ayer se dieron cita también en el recinto cambadés, con orejas, filloas y leche con cacao para hacer las delicias de los más pequeños y tentar igualmente a los adultos. 
Porque una vez al año, no hace daño.