“La complicación de la Hepatitis C es que hay infectados que no saben que lo son”

“La complicación de la Hepatitis C es que hay infectados que no saben que lo son”
Pérez Cachafeiro, durante su exposición en el país danés cedida

Mucho se ha escrito en los últimos tiempos sobre la Hepatitis C. El pontevedrés Santiago Pérez Cachafeiro es médico en el PAC de Cambados desde hace seis años y acaba de regresar de Copenhague, del Congreso Europeo de Médicos de Familia convocado bajo el lema “Médicos de Familia con Cabezas y Corazones”. En esta conferencia coordinó un taller sobre la erradicación de la Hepatitis C desde la Atención Primaria en el que también participaron compañeros de O Grove y Bueu. En la exposición se ilustró la situación de la enfermedad, su diagnóstico y su tratamiento en el área de Pontevedra y en España.
Santiago Pérez, formado en Control de Enfermedades Infecciosas por la London School of Hygiene and Tropical Medicine gracias a una beca de la Fundación Barrié, es Coordinador del Grupo de Enfermedades Infecciosas de la Asociación Gallega de Medicina Familiar (AGAMFeC) y miembro del mismo Grupo de la Sociedad Española (semFYC). Participa en grupos de trabajo junto con otros profesionales a nivel estatal, orientados a aumentar el conocimiento de la enfermedad y a establecer estrategias de control de la misma a nivel nacional e internacional. Ello sitúo al grupo gallego como promotor de esta comparación a nivel europeo. “Nos preguntamos: Además de nuestras investigaciones, ¿por qué no miramos qué están haciendo los demás?”
Tras el simposio, su conclusión es que, pese a toda la polémica por el acceso a los nuevos medicamentos, que se han confirmado de alta eficacia, España es uno de los países donde la atención es “de mayor calidad y mucho más accesible”. Ello se debe, explica, al “ambicioso Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C en el Sistema Nacional de Salud” y a la “universalidad de la Seguridad Social”, frente a modelos donde los seguros privados se traducen en restricciones de acceso al tratamiento según las rentas o accesibilidad al medio hospitalario. “En Galicia, hasta donde yo conozco, tienen acceso los pacientes conocidos que cumplen los criterios de dispensación actuales”, afirma, aunque espera que el Ministerio de Sanidad continúe avanzando y “adaptándose” a la nueva situación, reduciendo los “trámites burocráticos” impuestos de inicio para el acceso a estos fármacos, lo que permitiría su democratización plena.

bajos diagnósticos
“Uno de los problemas con la Hepatitis C es que aproximadamente el 60 % de los infectados desconocen que lo están. Estamos hablando de unas 300.000 personas sin diagnosticar en España”, explica, lo que también posibilita nuevos contagios. Esto se debe, en parte, a la baja tasa de diagnósticos arrastrada durante las décadas en las que la enfermedad era difícil de tratar. Pero también a las propias características de la dolencia.
“Puede ser asintomática durante unos 10 años en los casos de progresión rápida y hasta más de 30 en los de progresión lenta”, revelándose inicialmente en “algunos problemas en las analíticas, alteraciones en las enzimas hepáticas”, que terminarán agravándose en “fibrosis, cirrosis hepática y, finalmente, cáncer de hígado en los estadios más evolucionados”.
El mecanismo de transmisión de la enfermedad es parte también de la complejidad de la situación. La vía sanguínea supuso un problema incluso en los hospitales, “hasta el 92”. “Hasta entonces se podían practicar transfusiones no del todo seguras. Hoy es diferente pero hubo gente que pudo infectarse así”. Otro porcentaje de la población afectada pudo incorporar el virus “con el consumo de drogas intravenosas”, muy populares en los 80 y 90.
La transmisión, en menor medida, también puede llegar por relaciones sexuales traumáticas (como pueden ser las anales) y en la realización de tatuajes o piercings en situaciones de deficiente esterilización. “En España es difícil, porque hay una normativa clara. Pero en otros países sigue siendo problemático. Por ejemplo, en nuestra zona, marineros que se tatuaron en África o Sudamérica en condiciones de baja higiene”.
Por todo ello, “es posible que personas que se hayan infectado por el virus hace unos 20 o 30 años todavía no estén diagnosticadas”. El agente infeccioso pudo permanecer latente durante más de una década y los primeros síntomas, pasar desapercibidos. “Hay quien incluso pudo probar una droga intravenosa hace décadas, puede que ni se acuerde de ello, pero es posible que esté en el grupo de riesgo”. Dada la menor eficacia de los tratamientos antiguos y sus elevados efectos secundarios, el diagnóstico no fue una prioridad durante muchos años. Pero ahora es diferente.

análisis y tratamiento
La confirmación de padecer o no la enfermedad a través de la Atención Primaria es sencilla. “Un análisis de sangre”. Con él los médicos buscan un anticuerpo que el sistema inmunológico produjo si en algún momento estuvo en contacto con el virus. “Si es positivo, se realiza un segundo análisis”, para comprobar si la infección está activa.
“Antes, menos de un tercio de los pacientes estaba en tratamiento, porque no había expectativas de curación y los efectos secundarios eran elevados. Actualmente hay esperanza de curación en el 90 % de los casos”.
Por ello, el especialista insiste: Quienes tengan sospecha de estar en algún grupo de riesgo, deben acudir a su médico. Hoy hay cura y se seguirá reduciendo así el riesgo de nuevos contagios.

“La complicación de la Hepatitis C es que hay infectados que no saben que lo son”

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