El georradar sugiere más estructuras en Cálago en la terraza junto al cementerio

El Concello de Vilanova presentó ayer los resultados del georradar que peinó la superficie del castro de Cálago el pasado invierno. El alcalde, Gonzalo Durán, y el director arqueológico, Francisco Alonso, indicaron que los indicios con más peso aparecieron en la terraza inferior, la que se tiene por parte más moderna del castro, en la zona inmediatamente enfrentada al actual cementerio.
Los impulsos eléctricos y magnéticos del georradar constatan hasta un metro y medio de profundidad la existencia de estructuras pétreas de planta cuadrangular que apuntan claramente a construcciones humanas.

Galaico-romano
En opinión del arqueólogo, se trataría, posiblemente, de estructuras “de los siglos I, II o III” de nuestra Era, en la fase galaico-romana del asentamiento. Esto es concordante, además, con los restos de derrumbe de muros aparecidos en las catas del pasado verano, que sacaron a la luz restos de origen romano como tégulas (tejas), terra sigillata (cerámica característica de la época) y ánforas. Estas últimas son pruebas indirectas del comercio marítimo en Vilanova en la época del asentamiento.

En la parte alta y croa, junto al campanario, aparecieron muchas menos estructuras a esa profundidad, por eso los esfuerzos de las excavaciones del próximo verano se centrarán ya en la otra parte, junto al cementerio.
Para ello existe compromiso del conselleiro de Cultura para la firma de un nuevo convenio de financiación, bianual, que permitirá definir dos años de actuaciones en Cálago. Durán avanzó que lo excavado en verano ya no será cubierto, sino que se consolidará para que pueda quedar a la luz y ser objeto de visitas.
No hay por ahora indicios del monasterio medieval, más allá de su característico campanario. Eso sí, nadie descarta que durante las excavaciones puedan aparecer restos de “nuestra Atlántida”, comparó ayer el regidor.