A ILLA- El Liborio prende fuego a la Lei de Acuicultura

Esta vez, el que ardió fue el de a pie. El Liborio de A Illa, el muñeco satírico de Carnaval que cada año toma la identidad de un personaje de actualidad sobre el que hacer escarnio, se convirtió casi en una protesta. Porque el pelele condenado al fuego no adoptó el rostro de ningún conocido, sino el de un marinero, acosado por lo que irónicamente cargaba en su planeadora. Y no eran precisamente capturas, si no burocracia y más burocracia, ironizaban, representada en cajones llenos de obligaciones: Botiquín homologado, extintor, Permex, instrumental de a bordo, Rol, impuesto de faros... Y para rematar, el anteproyecto de Lei de Acuicultura, que daba nombre a toda la creación y que tomó el protagonismo. “O que faltaba para acabar de queimar aos mariñeiros”, cantaban ayer. “Que sabedes vós do mar”, rezaba uno de los lemas visibles en la carroza.
El desfile carnavalesco partió, así, sobre las seis de la tarde, un día sobre el inicialmente previsto, a causa de la lluvia. La previsión meteorológica para ayer daba una pequeña tregua y los vecinos de As Rubas y O Naval consiguieron colar el desfile justo en la escampada, que para algo lo que abunda en esta tierra son marineros expertos en otear el horizonte e interpretar el clima. Deberán seguir atentos, porque el Concello llamará hoy a las 20 horas a los participantes del desfile de carrozas del sábado para decidir si se arriesgan a salir o no.
No faltaron las plañideras ni el sacerdote de turno, que rindieron un último tributo a este marinero de a pie, antes de que acabase quemado, literalmente.