MEIS-La perrera de Armenteira da en adopción a un caniche reclamado por su dueña, que lo había perdido

MEIS-La perrera de Armenteira da en adopción a un caniche reclamado por su dueña, que lo había perdido
Diario de Arousa-2014-04-14-007-5bfb2b0b

“Danka”, una caniche negra de 7 años, no fue abandonada. Se perdió en Campañó (Pontevedra) el día 8 de enero y desde entonces su dueña, Andrea Sabarís, no paró de buscarla. Carteles, redes sociales, llamadas telefónicas a diferentes perreras... Intentó dar con ella de todas las formas posibles y lo consiguió semanas más tarde, a finales de marzo. Una amiga reconoció a “Danka” en una fotografía del Centro de Protección de Animales de Armenteira (CAAN). Estaba en adopción. “Cuando la vi me puse super contenta porque por fin la iba a tener conmigo”, dice Andrea. Pero nada más lejos de la realidad, porque a día de hoy sigue sin recuperar a su mascota. No se la devuelven, a pesar de que “tengo todo tipo de pruebas conforme es mía”, como “la cartilla oficial de vacunas” y múltiples fotos. Pero la perrita carecía de microchip y esto, si nadie le pone remedio, la ha alejado definitivamente de su dueña.
El veterinario de CAAN con el que habló “me dijo que la perra tenía varios adoptantes, que ya estaba reservada y que no tenía nada que hacer. Que adoptase otro perro si quería”, relata Andrea Sabarís. Para ella estas palabras supusieron un jarro de agua fría: “me derrumbé y empecé a llorar”, pero no quiso tirar la toalla. Regresó al día siguiente a la perrera y fue cuando se enteró de que a “Danka” ya le habían asignado una nueva familia. “El veterinario me dijo que ya fuera adoptada el día anterior a que yo la reclamase”, añadiendo que “como la perra no tenía microchip, no tengo derecho a nada” a pesar de que se ofreció “a pagar todos los gastos” generados por el caniche durante su estancia en el Centro de Protección de Animales. No solo eso sino que, según la versión de Andrea, no le permitieron comprobar los documentos de la adoptación ni cubrir una hoja de reclamaciones, lo que le hce sospechar que “algo rato está pasando con mi perra”.  Cree que la están engañando y por eso ha llamado a todas las puertas posibles. Presentó una queja en la Diputación, recurrió al Seprona y “estoy en abogados”. Sus representantes legales llegaron a hablar con la familia adoptiva de “Danka”, pero “no quieren saber nada de mí y yo sé que la perra lo está pasando mal. Es adulta y no se va a acostumbrar a otro nombre ni a otra familia”.
La situación que está padeciendo la considera “injusta”. Paradójico sí es, después de tantas campañas contra el abandono de los animales, que una persona que quiere recuperar a su perro se tope con estos impedimentos. “Siento muchísima impotencia por no tenerla conmigo. Ellos no saben lo que es querer a un animal, sino intentarían ayudarme”, les recrimina a los gestores de la protectora de Armenteira. Diario de Arousa intentó ayer recabar la versión de esta perrera, pero el personal que estaba de guardia desconocía el caso y prefirió no pronunciarse hasta que hoy llegue el veterinario habitual. n

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