Nuevo atentado contra las cachenas

Las vacas cachenas llegaron a San Vicente, procedentes de la comarca del Deza, dispuestas a integrarse en un paraje de especial armonía. Allí parieron a sus primeros hijos y se preparan para dar continuidad, en la localidad, a una raza autóctona de gran prestigio y que, además, contribuye a mantener limpios y productivos los montes locales.
Sin embargo, hay quien no quiere aceptarlas. Tal vez no tengan el mismo “feeling” que los burros fariñeiros afincados en A Toxa. Mientras ellos reciben visitas de escolares, son objeto incluso de charlas didácticas e incluso parecen llamados a convertirse en un reclamo turístico, las cachenas solo reciben golpes y agresiones.
La noche del viernes volvieron a recibir una visita sorpresa que seguramente perturbó la tranquilidad que a esas horas, pasadas las diez de la noche, reina en aquella apartada parcela en la moran.
Alguien boicoteó el sistema eléctrico que mantiene activo el pastor de cierre de la parcela, y evita por tanto que las cachenas campen a sus anchas por San Vicente. No es la primera vez que ocurre. Tampoco lo que es que las liberan y tiene que intervenir la Guardia Civil ante el peligro qe supone para la circulación la presencia de vacas sueltas en la carretera.
El mismo vándalo que boicoteó el sistema eléctrico, prendió fuego a una alpaca de paja. Y tampoco es la primera vez que pretenden mermar los víveres de la comunidad cachena de San Vicente.
Por suerte, por lo momento no hay que lamentar daños mayores, pero la situación comienza a ser preocupante y cabe preguntar qué han podido hacer estos animales para caer tan mal en San Vicente.
O tal vez, las cachenas en sí tengan poco que ver con el origen de los actos vandálicos, que posiblemente estén más relacionados con la propia directiva de la Comunidad de Montes. 
Ayer su presidente interponía ante la Guardia Civil una nueva denuncia por este último atentado contra una propiedad comunidad, causando daños cuantiosos. Ha perdido la cuenta de las veces que por motivos idénticos ha acudido al cuartel de la Guardia Civil e incluso prefiere ya no hablar del tema.
Ayer sugería que la atención informativa se centrase en la plantación de castaños que la Comunidad de Montes está llevando a cabo en varias parcelas, entre ellas la recta de San Vicente. 
Los comuneros cortaron pinos y están repoblando el monte; de momento llevan un centenar de castaños. Y seguirán. A ver si tienen más suerte que las cachenas.

Nuevo atentado contra las cachenas

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