Reportaje | La fortuna que viajó de New Jersey a Conserrado en una botella

Reportaje | La fortuna que viajó de New Jersey a Conserrado en una botella
Juan Manuel Rial “Chicho” e Isidro García, con el contenido del hallazgo, en el lugar donde lo encontraron | gonzalo salgado

Más de 5.400 kilómetros. Eso siguiendo la ruta más corta. Es lo que separa Cape May (New Jersey, Estados Unidos) de la playa de Conserrado. en A Illa de Arousa. Y es el camino que habría recorrido un curioso mensaje en el interior de una botella que esta semana descubrieron por azar en el arenal el exconcejal Isidro García y el encargado de Obras del Concello, Juan Manuel Rial “Chicho”.

El contenido del envío fue tan curioso como su descubrimiento. Los dos amigos acostumbran a salir a hacer deporte o pasear con frecuencia y esta semana, como tantas otras, salieron hacia las cuatro y media de la tarde por el sendero de bandera azul hacia O Carreirón. Dieron una vuelta al entorno natural y regresaban ya a la altura de la playa en Conserrado, un arenal enfrentado al litoral meco.

El hallazgo
“A botella vina eu, chamoume a atención a cor rosa dunha bolsa hermética na que a puxeran”, explicaba ayer el exedil. Sin embargo, creyó que era alguna broma o chiquillada y no le dio más importancia, dejando el contenido sin abrir. Fue su compañero el que corrió hacia el hallazgo y decidió abrirlo allí mismo, rompiendo para eso el vidrio.
La aparición de un inconfundible billete de dólar norteamericano cambió la broma por la sorpresa. Pronto descubrieron, además, todo lo que guardaba esta singular cápsula viajera: Una carta apenas legible, ya que la tinta negra de bolígrafo se había prácticamente evaporado en su totalidad, y un boleto de lotería, en inglés.

Lanzada en 2016
La carta era difícilmente leíble entonces, pero rápidamente comprobaron la inscripción de la participación: Fue sellada el 5 de julio de 2016, en New Jersey, por un dólar, y el premio que se jugaba, válido todavía en el momento del envío, era nada menos que de mil dólares al día “for life”, esto es, durante toda la vida.


Ya más repuestos de la primera impresión y detenidamente en casa, pudieron, poco a poco, ir descifrando las marcas del bolígrafo que todavía perduraban por presión en el papel y por la poca tinta que sobrevivió a la singladura.

El remitente
El escrito confirmaba el envío de la botella el mismo 5 de julio de 2016, desde Cape May, (cabo May), en un punto de la costa este norteamericana totalmente abierto al Océano Atlántico. Desde allí, cabe presumir que la conocida corriente del Golfo se encargó de conducir el mensaje hasta la ría de Arousa, en poco menos de dos años de travesía.
El remitente firma como David Kembel y adjunta una dirección de correo electrónico que despierta el interés para intentar contactar con él y cerrar así el círculo, aunque, lamentablemente, la dirección es la parte más deteriorada del mensaje y ayer todavía no habían podido concretar exactamente su literalidad. El texto también incluía un “good luck” (buena suerte), en referencia al billete de lotería adjunto.

La pregunta era obligada: ¿Cómo de grande es esta ya de por sí difícil carambola transoceánica? ¿Vale mil dólares al día para el resto de sus vidas?
Lamentablemente, el boleto no está premiado. Pero el billete de dólar sí es de curso legal. Al menos hubo reintegro.

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