El secretario de los socialistas vilanoveses, Jorge María López, lo tiene claro: Su expulsión de entre el público del Pleno del pasado lunes, ordenada por el alcalde, Gonzalo Durán, obedece solo al “nerviosismo” del regidor, aseguraba ayer, ante la “lamentable situación económica del Ayuntamiento”.
López considera que la situación vivida durante la sesión en la que se discutían los presupuestos “no era para expulsar a nadie”, ya que insiste en que su intervención desde el público se limitó a un par de palabras a media voz “para mi mismo”, señaló.
Por eso cree que la decisión de Durán se precipitó “porque cada vez está más nervioso. Él sabe que el Concello está al borde de la intervención”. Y añadió que el “nerviosismo del alcalde” “va cada vez más allá: Ya no solo escucha ‘Podemos’ en lugar de ‘Pokemon’, sino que empieza a escuchar cosas raras. Se está convirtiendo en el Quijote de O Salnés y empieza a loquear con los fantasmas de los rojos o algo así”, ironizó.
Pese a considerar exagerada su expulsión de la sesión plenaria, ayer dijo que “me lo tomo con calma y sin darle más importancia”. “Nadie me va a dar lecciones de comportamiento y menos quien conduce con un coche caducado”, concluyó en alusión al regidor.
El primer edil tomó la decisión de expulsar al secretario de los socialistas tras una escena en la que López, después de ser amonestado, se dirigió al primer edil para indicarle que su breve comentario anterior no iba dirigido a él. Durán recordó que no está permitido al público intervenir durante los Plenos, aunque el socialista consideró que la situación se sacó de quicio.