Los niños cuntienses juegan a ser arqueólogos en un campo de trabajo sobre la Edad del Hierro

Los niños cuntienses juegan a ser arqueólogos en un campo de trabajo sobre la Edad del Hierro
dos alumnos del colegio don aurelio realizan trabajos de excavación en un yacimiento m. angueira

La Casa de Cultura de Cuntis ha mudado de aspecto. Las sillas han dejado espacio a un campo arqueológico en el que se esconden restos de cerámica, muros, estructuras y hasta una “lareira” de la Edad del Hierro para que los aprendices de arqueólogos del colegio Don Aurelio excaven y descubran, después, el proceso de tratamiento de los materiales. Este “Arqueocampo” es una actividad itinerante promovida por el Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC para divulgar, paso a paso, el trabajo desarrollado por los arqueólogos en yacimientos como el cuntiense de Castrolandín, un ejemplo muy próximo para los niños del municipio. No se centra exclusivamente en la fase de excavación, sino que explica también el posterior trabajo de gabinete, laboratorio e investigación, explica Xesús Gorraxeiros, de la empresa Tesouros Novos, encargada de la parte didáctica de la actividad.

divididos en grupos, los alumnos del CPI Don aurelio excavan los restos de una cabaña
el taller les acerca al tratamiento de los materiales y al trabajo de investigación


Hasta el fin de semana quedará instalada en la Casa de Cultura la reproducción de una cabaña de la Edad del Hierro en la que los niños, que acuden por grupos, “van escavando e descubrindo  restos que deixaron os habitantes do castro cando o abandonaron”. Los escolares —en la mañana de ayer uno de los grupos que acudió al “Arqueocampo” fue el de sexto curso— conocen después cómo se tratan y archivan los materiales localizados; y también tienen ocasión de observar, a través de un microscopio, muestras de polen de hace más de 2.000 años. “Hai sesenta especies diferentes”, comenta Xesús Gorraxeiros, que explica su utilidad: conocer qué especies vegetales predominaban en el entorno el castro y poder reconstruir el paisaje.
Entre quince y dieciséis grupos pasarán por el campo de trabajo arqueológico a lo largo de toda la semana. El sábado, coincidiendo con la feria “Cuntis en flor”, la actividad estará abierta al público en general, para que todos puedan acercarse un poco más al mundo de la arqueología. Por el momento, lo que más está llamando la atención a los jóvenes visitantes del “Arqueocampo” es la excavación en el yacimiento. “Veñen con esa idea, pero despois comproban que o traballo é máis extenso”. Además, añade Gorraxeiros, “rompe co mito dos fósiles e os dinosaurios, xa que o obxectivo é centrarse na xente e nas sociedades. Descubrir como vivían na Idade do Ferro”.
Algunas de estas cuestiones no son nuevas para los niños cuntienses, con los que “é doado traballar” porque conocen el yacimiento de Castrolandín. “Tiveron ocasión de ver o castro, pero non a posibilidade de coñecer como se investiga” para darse cuenta de que “as cousas non saen da nada”. Y eso es, precisamente, lo que les ofrece esta actividad del CSIC cuyo objetivo no es otro que inculcar la vocación de arqueólogo entre las nuevas generaciones. Parece que lo está consiguiendo, porque ayer algunos se quedaron con ganas de más. “Podo volver outro día?”, preguntó uno de los aprendices de arqueólogo cuando ya tocaba emprender el camino de regreso hacia el colegio.

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