MORAÑA - Los Milagros, un año más una cita multitudinaria

Multitudinaria. Así fue la romería de ayer en Amil. Desde la tarde del sábado los fieles convertían en regueros de peregrinos todos los viales que llevaban a los Milagros. Ir caminando es un ritual que año tras año se repite en la madrugada del domingo. Y este año no fue una excepción.
Llovió copiosamente durante la madrugada. Pero conseguir la bendición de la Virgen, en unos tiempos en los que ya no solo se pide su intervención en problemas de salud sino también laborales, bien valía una mojadura.
Las primeras misas celebradas por la mañana fueron un tumulto de personas que abarrotaban la pequeña iglesia y esperaban largas colas para tocar la imagen o dejar su donativo. El manto de la Virgen, repleto de billetes, reproducía también este año una de las imágenes más típicas de esta romería: La de miles de euros en donativos y ofrendas que la imagen porta durante la procesión. Este año escaseaban los billetes de 500 euros dejando mayor protagonismo a los de 50, de 20 y de 10 euros.
Y la lluvia cesó. Desde la organización cubrieron el manto de la Virgen con una capa de plástico que protegiese la talla, pero no fue necesario. La procesión pudo salir con normalidad y en su transcurso se vivieron momentos emotivos. Fueron muchos los fieles que no pudieron contener las lágrimas mientras pedían la ayuda de la Virgen de los Milagros.

Protección Civil
Y para que todo transcurriese sin incidentes, Protección Civil dispuso un operativo especial. Diez voluntarios se encargaron durante todo el día de velar por la seguridad de las miles de personas que se desplazaron hasta Amil.
Con todo, se produjeron desmayos y lipotimias, típicas de la aglomeración de gente en espacios pequeños. Pero nada grave, algunos tuvieron que ser trasladados al centro de salud y una persona al Hospital Montecelo, de Pontevedra por precaución, ante las dificultades que presentaba para recuperar la normalidad. n