La presión política fuerza la dimisión del edil Jorge Caldas tras los insultos a Silva

La presión política fuerza la dimisión del edil Jorge Caldas tras los insultos a Silva
Moraña. Pleno Municipal del 4 de noviembre. Jorge Caldas, concejal del PP, durante el Pleno.

El concejal popular de Moraña Jorge Caldas presentó ayer la renuncia “voluntaria” a su acta de edil tras llamar “mala zorra” a la presidenta de la Diputación, Carmela Silva. En un breve comunicado pidió disculpas y mostró su “arrepentimento”, justificando que los insultos vertidos en Facebook fueron fruto de la “frustración” que sintió por la retirada del apoyo provincial al Rallye Rías Baixas aunque “non xustifica o insulto persoal que proferín”.  
Caldas se encontraba estos días fuera de la localidad por motivos de trabajo, según su compañera de partido y alcaldesa, Luisa Piñeiro, quien, aún a primera hora de la tarde de ayer, indicaba que pediría disculpas públicamente en breve, “como xa fixo nas redes sociais e como a gran persoa que é”.
El revuelo ya estaba activo y las peticiones de dimisión empezaron a llegar desde los más altos ámbitos políticos, como el comunicado remitido por el PSOE desde Ferraz al presidente del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, quien pidió “desculpas” y manifestó que Caldas tenía que hacer lo propio “inmediatamente”. 
El concejal morañés lo hacía a media tarde, mediante un comunicado en el que mostraba su “arrepentimento” y anunciaba su “renuncia voluntaria” al acta de por haber dicho de Silva en su cuenta personal de Facebook: “Que mala zorra e sinvergüenza”. Unas “consideraciones inxustificadas e inxustificables” que “nin se corresponden cunha relación lóxica entre adversarios políticos, nin coa miña opinión persoal”. Explicó que fueron fruto de la “frustración” porque la Diputación retiró el apoyo al Rallye Rías Baixas, abocándolo a su cancelación, pero “nin para min, nin para o meu partido nin esta discrepancia nin ningunha outra xustifican o insulto persoal que proferín”. 
Las direcciones provinciales de PSOE y BNG ya habían pedido su cese el martes, cuando el asunto saltó a los medios. Sin embargo, ayer fueron más contundentes y tanto su diputada Carmen Gallego como su secretario en Pontevedra, Santos Héctor, presionaron para que lo cesaran de manera “fulminante” por una expresión “cargada de violencia machista”. De hecho, Héctor anunciaba la ruptura de relaciones con el PP mientras no se tomaran medidas e indicando que era un ataque “contra as mulleres e por iso non podemos deixalo pasar”, declaraba antes de la renuncia.

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