Cáritas inicia una campaña para sensibilizar sobre el problema de las personas sin hogar

Cáritas Interparroquial Arousa inicia una campaña para sensibilizar a la población sobre el problema de las personas sin hogar. Lo hace especialmente desde la Casa de San Cibrán, que sirve de cobijo y esperanza para aquellos que llegan a la entidad en busca de arraigo, y encuentran en las instalaciones de Sobradelo un espacio en el que aprender a recuperar la autonomía perdida. La entidad atiende actualmente en San Cibrán a seis personas. Cuenta para ello con más de una docena de habitaciones, algunas individuales y otras dobles, y con un apartamento para familias.
Y es que desde que se puso en marcha este servicio, en 2005, han sido un total de 206 las personas que han pasado por San Cibrán. “Os perfiles cambiaron moito”, explica Mila Hermida, educadora social de Cáritas. Y es que en unos inicios, por la casa pasaban especialmente personas drogodependientes. Con la llegada masiva de emigrantes en los años siguientes, el servicio se orientó más bien hacia ese colectivo, que se caracterizaba por unas estancias más bien cortas, ya que “venían con enlace”, explica Francisco Fernández, director de la ONG. El estallido de la crisis provocó un cambio brutal a todos los niveles, también en San Cibrán, que cada vez recibe a más familias, pero también a personas que se quedaron sin trabajo, jóvenes... Un abanico muy variado con personas que, “o único que teñen en común é que non teñen arraigo familiar”, dice Hermida.
 

Atención individualizada
Cuentan en San Cibrán con una atención individualizada, y un proyecto que se adapta a cada persona que entra por las instalaciones de San Cibrán. Pero también hay unas reglas, que deben respetar. El periodo máximo de permanencia es de dos años, aunque como en todo hay excepciones, como el caso de una mujer que lleva en San Cibrán desde su apertura. También puede ser menor el tiempo de estancia en caso de que se incumplan las normas. Del “Proyecto Siembra” se encarga María Castaño, ingenirera agrícola. “Trátase de recuperar hábitos perdidos na rúa, como mesmo levantarse pola mañá”, explica. San Cibrán cuenta también con una huerta y un invernadero. Manuel Castroagudín, consiliario de la entidad, recuerda los difíciles inicios, cuando “a droga víase como progreso e ríanse de nós”. Además, también recordó cuando la llegada de los Risga supuso un conflicto con los asiduos al comedor social, ya que las directrices desde Cáritas eran evitar que se gastasen el dinero en droga, por lo que se pusieron limitaciones de uso. “Incluso fixeron unha folga”, dijo Castroagudín, que destacó el papel del alcalde de entonces, Javier Gago.
La casa de San Cibrán cuenta con una capacidad para doce personas. Los usuarios también aprenden allí nociones para poder llevar una vida normal y autónoma, una vez fuera de allí, que incluyen, por ejemplo, la cocina. La gobernanta de las instalaciones es Ana Lorenzo. “O fundamental non é darlle de comer, senón facelos personas. Houbo moitos fracasos, pero tamén houbo persoas que se levantaron. E ver iso é o mellor que pode suceder”, asegura Castroagudín.
Actividades
La campaña de sensibilización puesta en marcha este año por Cáritas lleva por título “Somos personas, tenemos derechos. Nadie sin hogar”. Comenzó ya hace unas semanas, con la exposición fotográfica realizada por los residentes, y que se puede ver en el comedor del inmueble. Además, la casa recibió visitas de alumnos del Sagrada Familia y el Ciclo de Integración Social del colegio Aloya, así como de políticos, técnicos y voluntarios . Mañana, colocarán una carpa en la Praza de Galicia en horario de mañana y tarde, en la que repartirán diverso material y se buscará dar visibilidad al colectivo de las personas sin hogar. Los murales del comedor social y de San Cibrán también se adecuaron para la ocasión. El domingo, finalizará la campaña coincidiendo con la Media Maratón de Zona Aberta.