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sábado | 20 abril | 2024
Los padres de Carril afectados por la falta de autobús de retorno retomaron ayer las movilizaciones con sendas concentraciones a la hora de inicio y final de las clases de la mañana. Así seguirán hasta que la Consellería de Educación dé una solución a su demanda, que no es otrra que sus hijos tengan las mismas facilidades para ir que para volver del colegio a casa.
Al colegio de Carril asisten niños de zonas más alejadas, como Bamio, Trabanca Sardiñeira o incluso desde puntos del casco urbano como las inmediaciones de la estación de tren de Vilagarcía.
Estos escolares cuentan con transporte para ir al centro, pero no para volver, ya que este servicio se vincula al del comedor escolar por lo que, obligatoriamente, si quieren autobús tienen que quedarse a comer en el centro.
Algo que a los padres afectados les parece “injusto” y discriminatorio. Por ello ayer retomaron las movilizaciones a las puertas del centro y ahora advierten de que incluso las intensificarán si no hay respuesta por parte de la administración autonómica.
“La intención es seguir con las concentraciones y no se descartan medidas más activas”, asegura Emilio Diz, uno de los padres afectados. Verónica Maneiro, otra de las madres que reclama el autobús escolar, anuncia que mañana llevará al Concello las firmas recogidas.
Esta es otra de las iniciativas que ponen en marcha los progenitores para exigir a Educación que dé marcha atrás y conceda un autobús de Carril.
Los padres calculan que son más de una treintena los que utilizarán el servicio en el caso de que se pusiera en marcha y piden a los interesados que se impliquen más activamente, ya que ayer en ambas concentraciones hubo sobre unas veinte personas. Los niños también secundaron la protesta y llevaron carteles reclamando un autobús a las 14:15 horas y un trato de “igualdad”. Niños y padres afectados por este problema cuentan con el apoyo de la ANPA, que secunda las movilizaciones. La empresa de transporte, Pereira, estaría dispuesta a hacer este recorrido, por lo que solo falta el visto bueno de la Xunta. n
