Conflictos como los de Linorsa, la conserva y Fundivisa marcan el primero de mayo

Los recortes, las políticas laborales y la preocupante situación de la comarca marcaron, de nuevo, los discursos y lemas que se pudieron escuchar ayer en Vilagarcía con motivo de la conmemoración del Día Internacional del Trabajador.
Ramón Bueno, responsable de CCOO en la comarca, tuvo un recuerdo especial para los trabajadores de Fundivisa, amenazados por un ERE extintivo que podría afectar a más de un cuarto de la plantilla de la fábrica situada en O Pousadoiro.
Pero no fue el único conflicto laboral que floreció. Las trabajadoras de Linorsa, que irán a la huelga a partir de la mañana por  unos impagos que temen que empeoren tras la entrada de la firma en concurso de acreedores, portaron su propia pancarta en la manifestación convocada por la CIG. Lo mismo hicieron las trabajadoras de la conserva, que llevan más de un año a la espera de un convenio digno para un sector clave y estratégico en la economía de los municipios bañados por la Ría de Arousa.
De fondo de todos estos problemas, la reforma laboral. A esta medida hicieron referencia absolutamente todos los sindicatos y con el mismo objetivo: Pedir que se derogue.
Bajo un sol reluciente, ambas manifestaciones salieron a las doce del mediodía. UGT, CCOO y el Sindicato Libertario Arousano lo hicieron desde la Praza de Ravella, con un recorrido más corto y con una comitiva compuesta por unas doscientas personas, aproximadamente. 
Mientras que CCOO y UGT optaron por un comunicado conjunto, SAL leyó su propio manifiesto, en el que hizo un repaso por la historia del primero de mayo y un homenaje a los “ocho de Chicago” y, entre otras cosas, reclamó una jornada laboral de treinta horas semanales y la jubilación a los 55 años.
Comisiones y UGT, por su parte, mostraron su rechazo a los “recortes” y a las “reformas laborais regresivas” y exigieron “unha nova política” Ambos sindicatos consideran que es el momento ya de recuperar “os dereitos perdidos” y de mejorar las condiciones laborales y de vida. La “ley mordaza” y la reforma del Código Penal, que sitúan tras el procesamiento a unos “300 compañeiros sindicalistas” centraron también el manifiesto.
Más numerosa fue la de la CIG, que reunió a más de 300 asistentes entre los que se podía ver a colectivos como los emigrantes retornados. El sindicato nacionalista hizo hincapié en los destrozos de la crisis en O Salnés una comarca que, señalaron, perdió más de siete mil puestos de trabajo en los últimos nueve años. “A emigración é o camiño que están a coller moitas persoas, entre eles moitos mozos que marchan a buscarse a vida e xerar riqueza noutras partes do mundo”, señalaron desde la CIG, que también  incidió en que “hoxe en día ter traballo non é garante de nada. Nin de estabilidade económica, nin familiar, nin laboral nin social”.
Los tres sindicatos tuvieron un recuerdo además para los refugiados y mostraron su rechazo rotundo a las políticas de la Unión Europea y al acuerdo con Turquía. “Cos oprimidos e contra os opresores”, “Reformas laborais e lei mordaza anulación xa” o “Contra a pobreza salarial e social” son algunos de los lemas que se pudieron leer en las pancartas de ambas manifestaciones. No faltaron tampoco rostros conocidos de la política. Mientras que los ediles de PSOE, con el alcalde a la cabeza, y Esquerda Unida, acudieron a la manifestación de UGT y CCOO, los miembros del BNG secundaron la convocada por la CIG.