Los infortunios del último plan de Patoco

Los infortunios del último plan de Patoco
19/05/2012. 17 abril 2009. Cambados. La Audiencia Nacional dejó libres a los miembros del clan de Patoco tras pagar fianzas que no pasan de 25.000 euros. Sólo Baltasar Vilar Santos, alias Saro, continúa en prisión de los 34 det

Manuel Abal Feijóo, Patoco, preparaba antes de fallecer una importante operación de recogida de cocaína en alta mar y descarga en las costas gallegas. Todas las pruebas apuntan a que se trataba de las cinco toneladas intervenidas en el buque Doña Fortuna. Sin embargo, el último plan del líder de la organización de lancheros más importante de la ría arousana estuvo lleno de infortunios, y no porque en ese momento el Greco Galicia ya anduviera tras su pista, sino porque los problemas se sucedieron en  los meses de preparación, incluyendo su fallecimiento, en noviembre de 2008, cuando Gregorio García, Yoyo, tomó las riendas. 
Todos estos hechos están recogidos en una sentencia de la Audiencia Nacional que hace unos días condenó a los miembros de su banda a penas de prisión de entre 22 y nueve años. El inicio de los acontecimientos tiene lugar en 2007 y en la nave de una antigua granja de cerdos con acceso directo al río Ulla, en Dodro. Patoco la dispuso –así como otras instalaciones de O Salnés y otras comarcas pontevedresas– para recibir una nueva planeadora que fue adquirida a un astillero de Milán (Italia). Para ello viajó en una ocasión a Mallorca junto a “Yoyo” y gestionaba al mismo tiempo la adquisición de siete motores de 300 cv. 
El primer problema llegó en el transporte a España pues excedía en el ancho para el que se había obtenido el permiso especial y sobresalía del camión, así que Abal Feijóo ordenó que le cortaran la goma necesaria. Finalmente la potente planeadora llegó a Galicia y se ubicó en una nave alquilada en el polígono de “La Picusa”, en Padrón, pero un día se presentó el dueño y al ver que se estaba acondicionando una embarcación, trabajo distinto al del objeto de arrendamiento, advirtió a los miembros de la banda que se encontraban allí que o desalojaban las instalaciones o avisaría a la Guardia Civil. 
El cambadés fue alertado –para entonces ya había viajado a Madrid para ultimar los detalles de la operación de introducción de cocaína– y ordenó que se le ofreciera dinero para que se callara, pero no surtió efecto. Los miembros de la banda tuvieron que salir de allí apresuradamente y remolcaron la lancha italiana hacia Pontecesures con una gamela. Después de la botadura se personó una patrulla de la Guardia Civil y avisó a Vigilancia Aduanera de que un barco sospechoso navegaba aguas arriba. Sin embargo,  lograron llegar a su destino: la nave de Dodro, “a dos porcos”, como le llamaban, en base a las escuchas. 
Las fuerzas de seguridad rozaron en dos ocasiones más los preparativos de esta operación. En una, la presencia del Seprona en Cambados, por otra cuestión, les obligó a suspender el traslado de un remolque metálico hasta la nave del Ulla; y en la otra, agentes del Instituto Armado incluso llegaron a precintar la nave de Dodro y la lancha, además de identificar a tres miembros de la organización, aunque después, otro de la banda quebrantó el precinto y consiguieron llevarse todo.  Con todo, en esos momentos ya estaba en marcha la operación Tabaiba de la Policía, que vigilaba todos sus pasos y escuchaba las conversaciones de todos los miembros de la organización.
Aquello sucedió en agosto de 2008, después de la primera salida fallida de la planeadora. Debió de producirse algún problema con el motor durante la travesía hacia el Atlántico porque la coca no se llegó a cargar. 
Los contratiempos no desanimaron a Patoco, ni siquiera cuando sufrieron el robo de parte de los motores, lo que supuso un importante contratiempo porque los nuevos tardarían semanas y la salida a alta mar era inminente. Una semana después, el cambadés fallecía en un accidente de moto en Vilagarcía.
Falleció sin ser juzgado por estos hechos, aunque la Policía lo sitúa como el jefe de la banda en base a todas las pruebas recabadas en el marco de la operación Tabaiba, que desarticuló su organización de lancheros y otra. Tenía 38 años y dejó en marcha una importante operación que retomó “Yoyo”, pero su último plan nunca salió adelante. 
En febrero de 2009 la planeadora italiana pareció varada en un playa de Nigrán, cargada de combustible. La abandonaron y no se sabe porqué no pudo cargar la droga del buque “Doña Fortuna”, que fue abordado por Vigilancia Aduanera en alta mar, con 184 fardos. En él se encontraron notas con palabras claves y otras pruebas que coincidían con lo hallado en la lancha varada.

Los infortunios del último plan de Patoco

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