El juzgado finiquita el campo de golf y obliga a derribar las obras realizadas

El juzgado finiquita el campo de golf y obliga a derribar las obras realizadas
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El campo de golf de Rubiáns ya es pasado. La sentencia emitida por el Juzgado de Instrucción número 3 de Vilagarcía confirma, eso sí, que no tendría que haber sido presente. No al menos en las condiciones en las que se hizo. Y es que pese a que el complejo deportivo fue inaugurado en su día por los dos alcaldes de los municipios por los que discurre, Tomás Fole, entonces regidor de Vilagarcía, y Juan Manuel Rey, de Caldas, las obras se hicieron “al margen de la legalidad urbanística”.
Una construcción “ilegal” que tendrá que derribarse. Así se fija en un auto con carácter firme que, eso sí, responsabiliza por completo a Arousa Golf de lo ocurrido y rechaza de plano la indemnización de un millón de euros solicitada por la adjudicataria al Pazo de Rubiáns.
La imposibilidad para conseguir las licencias vino dada por la oposición de uno de los herederos de los terrenos, Gonzalo Ozores, a la construcción del campo de golf.
El contrato de arrendamiento establecía que la obtención de licencias era una de las obligaciones de Arousa Golf y que el papel del Pazo sería el de ayudar “en todo lo posible”.
Y es aquí donde surge la discusión entre ambas partes, ya que la firma acusa al Pazo de obviar sus requerimientos.
En este sentido, la jueza da por válida la versión de la arrendadora, que declaró no haber recibido ninguno de los requerimientos.
Pero en cualquier caso, la sentencia destaca que la oposición del nudo propietario fue “conocida por la actora (Arousa Golf) en fecha 10 de junio de 2011, esto es, 9 días después de la firma del contrato”. Precisamente en este argumento insistió el afectado en numerosas ocasiones para que las administraciones impidiesen
Así las cosas, el Pazo de Rubiáns tan solo tendrá que devolver a Arousa Golf 3.998 euros en concepto de rentas e intereses por el tiempo en el que estuvieron alquilados los terrenos del campo de golf.
Por otra parte, la sentencia obliga a la firma, a devolver los terrenos al estado en el que se encontraban antes de la construcción.
El Juzgado finiquita así una obra que fue polémica desde el momento de anunciarse.

El juzgado finiquita el campo de golf y obliga a derribar las obras realizadas

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