Mar pide al sector del truel la lista de autorizaciones de los dueños de las bateas

La Consellería do Mar ha solicitado al sector del truel la lista de autorizaciones de los dueños de las bateas desde donde practican su actividad, pero por el momento no han respondido a esta demanda. Se trata de uno de los requisitos indispensables para poner en marcha la renovación del plan en la Ría de Arousa que hasta ahora es experimental.
A la espera de que se dé luz verde a un nuevo plan, el sector del truel puede continuar con su actividad siempre que cuenten con una autorización privada y tengan un permiso para la práctica de este arte.
Cabe recordar que durante el pasado año la actividad estuvo rodeada de polémica en la Ría de Arousa y que cuentan con la oposición de una gran parte del sector bateeiro que ya han  manifestado en más de una ocasión su oposición a la renovación del plan. El conflicto entre ambos sectores no es nuevo, pero hasta el año pasado permanecía latente e incluso se podía hablar de convivencia.
Cerca de 800 bateas decidieron dar un paso al frente denunciando sabotajes y pérdidas económicas muy importantes al año que atribuyeron al sector del truel. Cortes de cuerdas, rotura de carteles y su forma de trabajar colmaron la paciencia de productores arousanos que incluso llegaron a pedir la intervención de la Guardia Civil.
Unas actuaciones que en todo momento fueron negadas por los truelerios que apuntaron venganzas entre los propios bateeiros.
El sector del truel cuenta con el permiso de 350 bateas de la Ría de Arousa para practicar su oficio, un requisito indispensable para subirse a la batea para colocar la nasa o trabajar con truel.
Desde la Consellería do Mar se ha invitado en más de una ocasión a la convivencia pacífica de ambos sectores para evitar enfrentamientos, incluso se ha tratado de convocar una reunión a tres bandas, pero los productores de mejillón se han negado en rotundo.
La empresa de vigilancia contratada por algunos coloectivos bateeiros sigue realizando controles por sorpresa por la Ría de Arousa para evitar que algún trueleiro se suba a bateas en las que tienen expresamente prohibido trabajar.
Y es que el sector productor de mejillón cierra un año marcado por la marea roja lo que les ha impedido trabajar con normalidad y ha facilitado los desplomes de la producción.