La marea roja irrumpe en Arousa y pone en riesgo la campaña de la industria del mejillón

La toxina lipofílica parece no querer dar tregua al mejillón. Si a principios de esta semana obligaba a vetar a la extracción algunas zonas de la Ría de Pontevedra y de Vigo, ayer el Intecmar decretaba ya el cierre de tres polígonos en la Ría de Arousa (Grove C1, C2 Y C4) y en los muestreos preliminares ya se avanzaban niveles altos en el Cambados D y Grove A.
El sector está muy pendiente del avance de esta toxina que podría empañar una campaña de industria que está siendo muy positiva en ventas. La vianda se encuentra, además, en un momento excepcional para su consumo. “A marea vermella non é algo novo e temos que saber vivir con ela”, señala el presidente de Agacome, Juan Suárez. Hasta el momento, los cierres no son preocupantes, pero sí lo es el rápido avance. En apenas 48 horas, ha cerrado ocho polígonos bateeiros en tres rías distintas. En fresco, agosto no es un mes de ventas muy importantes. El presidente de Agade, Ramón Blanco, señala que se ha notado un importante bajón en el consumo tanto de mejillón como de almeja. “Non hai moita ameixa, pero sobra. E no mexillón notouse un baixón importante”, comenta.

sin stock
Los cocederos están en estos momentos con los congeladores y las máquinas de conservación de producto vacías. “Estase a comprar e vender. Non temos nada de stock”, comentaba el presidente de Agacome, Juan Suárez. Y es que los continuos episodios tóxicos que se vivieron en los últimos dos años han impedido al sector transformador hacer acopio de este molusco. “Tivemos que tirar co que tiñamos cando estaba pechado por toxina e agora non hai producto almacenado”, dice.
Mientras tanto, la Consellería do Mar analiza las peticiones del sector productor por las pérdidas ocasionadas durante el episodio tóxico del año pasado. Un plan de ayudas dotado con 1,5 millones: el 75 % de esa cantidad estará financiada por el Fondo Europeo de la Pesca y el 25 % serán recursos aportados por la comunidad autónoma.
El programa de ayudas está dirigido a los productores que pararon su actividad durante más de cuatro meses o que han sufrido pérdidas de más del 35 % del volumen anual de negocio como consecuencia de los episodios de biotoxina.