La movida en la zona TIR se salda con seis agresiones, una de ellas con arma blanca

El desfase en la zona TIR vuelve a ser un fin de semana más noticia. La Policía Nacional registró al menos seis denuncias por agresiones, una de ellas con arma blanca, durante la madrugada del sábado al domingo. Hasta el lugar se tuvieron que desplazar, una vez más, varias patrullas de la Policía Local y Nacional por incumplimiento del horario. Concretamente tres locales, alguno con un centenar de clientes en su interior, continuaban abiertos a las ocho y media de la mañana de ayer, excediendo el horario de cierre en casi cuatro horas.
La conflictividad en la zona TIR durante las noches del fin de semana comienza a resultar preocupante. No es la primera vez que las fuerzas de seguridad denuncian la situación y piden al Concello medidas cautelares  contra los locales que incumplen reiteradamente el horario de cierre establecido en la normativa.
El desfase es significativo, ya que en muchas ocasiones se trata de tres horas por encima del cierre que se establece en la normativa.  La legislación dice que los pubs deben tener la puerta cerrada a cal y canto, con la verja bajada y sin nadie en su interior a las cinco de la mañana. Ese es el tope máximo. Sin embargo, hay locales en los que sus clientes ven amanecer. Un desfase que conlleva conflictos añadidos. Alcoholemias al volante, vandalismo o peleas, algunas entre varios grupos y con especial violencia, son ya parte de los fines de semana en esta zona de la movida. Una conflictividad que se recrudece a medida que avanza la noche.
 Ravella tiene abiertos un total de once expedientes sancionadores, la mayor parte a locales de la TIR. De estos, destacan dos pubs a los que la Policía tuvo que acudir a las nueve de la mañana, cuatro horas después de lo que se especifica en la normativa como tope máximo de cierre. El Concello reconoce el problema y asegura que los expedientes se encuentran en fase de resolución, lo que puede implicar multas de 300 a 30.000 euros. Un amplio margen que, sin embargo, indican fuentes policiales, suele quedarse en la multa mínima. Unos 300 euros que los locales amortizan en pocas horas.