La tensión electoral estalla en el debate político durante el Pleno municipal

A tan solo cuatro meses de las elecciones municipales la tensión electoral ya se palpa, y mucho, en el hemiciclo de Ravella. Así se demostró en la sesión plenaria de ayer en la que todos los grupos políticos se enzarzaron, en varias ocasiones, en reproches que a lo largo de todo el mandato de Tomás Fole han suscitado el interés mediático. El debate se abrió con varios puntos de índole económica y con el debate de las alegaciones al Presupuesto presentadas por parte de UGT y Esquerda Unida. Un asunto de trámite que fue suficiente para hacer encender la mecha. El alcalde volvió a acusar a los partidos de la oposición de actuar de “mala fe”, mientras que las acusaciones de “oportunismo electoral” hacia las filas del Partido Popular fueron constantes. La primera escenificación de la confrontación la protagonizaron PP y EU cuando el izquierdista Juan Fajardo abandonó la sesión momentáneamente para no escuchar las palabras del alcalde. Un movimiento que el primer edil repitió horas después cuando desde las filas de Esquerda Unida utilizaron una moción sobre el correo postal para remontarse a las “políticas de represión desde el año 78”. La crispación aumentaba, así, más y más.
Ni siquiera el debate de dos puntos fundamentalmente económicos y muy complicados de entender para el ciudadano de a pie sirvieron para calmar los ánimos.
El edil de Facenda, José Manuel Pardal, explicó un procedimiento económico que aplazará la devolución del crédito del Plan Montoro y que reportará a las arcas vilagarcianas liquidez para hacer frente a las obras de la Praza de Abastos y a ejecutar mejoras en el Punto Limpo y en el nuevo edificio de la Protectora. Mientras que el gobierno señalaba en este sentido la palabra “ahorro” la oposición apuntaba a fines “electoralistas” añadiendo que “vostedes pretenden usar un aprazamento de crédito, que imos ter que pagar igualmente dentro duns anos, para facer a súa campaña electoral”. Palabras que, nuevamente, provocaron la crispación y el enfrentamiento a viva voz.
Incluso mociones que, a priori, parecían suaves en cuanto al contenido sirvieron para lanzarse reproches mutuos entre las diferentes agrupaciones políticas. Una del BNG sobre fórmulas para potenciar la figura de Rosalía de Castro y su aprovechamiento turístico derivó en un rifi rafe entre Rocío Llovo y el resto de los portavoces en materia de asistencia a eventos culturales. La “herdanza do bipartito” y el recuerdo a que Tomás Fole había sido “liberado” en la era Gago volvieron a sonar en Ravella como si de un dejavú se tratase.
En medio de tanta crispación incluso el resultado de las elecciones griegas celebradas el domingo con victoria para Syriza fueron punto de fricción entre conservadores y oposición.