El tiempo de los jubilados en la Casa do Mar se agota y Ravella les busca nueva sede

El tiempo de los jubilados en la Casa do Mar se agota y Ravella les busca nueva sede
Vilagarcía. Casa do Mar, ISM (Instituto Social de la Marina).

La reforma de la Casa do Mar obligará al Club de Jubilados y Pensionistas a trasladarse a otro local mientras que se ejecutan las obras. El inicio de los trabajos podría ser inminente y Ravella le busca con urgencia un local que cumpla con sus requisitos, aunque no parece fácil. 
La entidad atraviesa un momento también de especial trascendencia en cuanto a cambios en su directiva. Sin embargo, sus  miembros no han dejado de movilizarse en busca de una solución porque, según las últimas informaciones de que se disponen, el traslado de los trabajadores de la Casa do Mar podría ser inminente y se ubicarían en la antigua sede de Hacienda, en Galerías Gallego. 
Lo cierto es que las obras, en las que el Ministerio de Sanidad tiene previsto invertir unos siete millones de euros, deberían ejecutarse antes de 2018. De hecho, Ravella les busca un lugar con urgencia y tanto el alcalde, Alberto Varela, como la concejala de Benestar, Tania García, se han reunido en varias ocasiones con representantes de la asociación. 
Con todo, no parece tarea fácil porque, según fuentes municipales, las alternativas que les han ofrecido “no les valen porque no reúnen los requisitos que demandan”. Y es que el club de jubilados quiere algo más que un espacio donde reunirse. Lo suyo en la Casa do Mar es un local social con mobiliario y servicios que les permite celebrar otras actividades. 
Es más, según Ravella, se les ofreció un lugar en el Auditorio, pero no puede albergar esas cuestiones porque son dependencias “para uso de distintos colectivos” y no pueden ocuparlas de manera permanente. 
El problema es que el Ayuntamiento “no dispone de otros locales céntricos de las características” que necesitan. No obstante, sus responsables están dispuestos a seguir trabajando en una solución, buscando otras alternativas posibles para que “puedan acomodarse mientras se ejecutan las obras” de la Casa do Mar.
Con estos trabajos, el Estado pretende acabar con las deficiencias que presenta el edificio y que puso de manifiesto un informe encargado a una empresa especialista, quien concluyó que son “severas” y aconsejó “una intervención profunda en el edificio que debería llevarse a cabo en un plazo máximo de cinco años”. Este documento es de 2013 y por tanto, está previsto que la administración central actúe antes de que se agrave.

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