Vecinos de Cornazo critican el estado resbaladizo de sus aceras

Al menos dos caídas en pocos días. Ese es el balance de las aceras pintadas de color rojo que existen a la altura de la parroquia de Cornazo, justo en la carretera de subida hacia Lobeira. Vecinos de la zona inciden en que cada vez que llueve o hay cierta humedad en el ambiente, lo que ocurre la mayor parte del año, las aceras se cubren de una especie de verdín y se convierten en una auténtica trampa para los peatones. “Eu xa caín alí dúas veces e xa sei dun home que tamén. O que se consegue con estas aceras é que teñas que baixar á calzada, o que é moi perigoso; se vemos un coche volvemos a subir”, señala una de las vecinas afectadas.
Al parecer, y según los vecinos, las quejas ya se le trasmitieron al concejal de Seguridade Cidadá, Cholo Dorgambide. Fue él el que, según los afectados, les reconoció que las aceras no podían estar así y que una solución buena es la de hacerlas rugosas para evitar los deslizamientos.
Por el momento, y pese a las quejas, ningún operario municipal se ha pasado por la zona para arreglar este problema que solo da tregua durante los meses de verano sin lluvias.