Del sorpasso al surfeo

El sorpasso era aquello que Podemos iba a darle al PSOE y el surfeo es ahora lo que presuntamente le va a hacer Ciudadanos al PP. Según las encuestas. El sorpasso lo pronosticaron todas y hasta el mismo día de las elecciones los sondeos a pie de urna. Cosa virtual, postverdad de esas y luego la realidad. Los sondeos hicieron un ridículo monumental, a Pablo Iglesias se le pasmó la coleta y ahí anda, de resbalón en resbalón, patinando, dando vueltas al mismo mitin y a un discurso que en vez de preocupar produce es ya es un empacho monumental.
Ahora la demoscopia señala que el oleaje es a estribor y que ahí Rivera le arrebata la primogenitura de la derecha al PP. Que Ciudadanos, cabalgando la ola en su tabla naranja le esta pegando la gran pasada al mar azul del PP. Eso es lo que dicen las encuestas. Pero aquí también lo ha dicho Cataluña hace menos de un mes. Y esos fueron votos y escaños de contar. Que no, que no se pueden extrapolar, como tampoco creerse a las encuestas, pero que ahí están. Las encuestas son una foto fija de un estado de opinión en continuo movimiento. Que puede cuajar o se puede disolver. Pero señala en un momento la sensación del personal. Luego, llegado el momento, llega la decisión y eso puede ser harina de otro costal. O no, que diría el Rajoy.
Porque al PP le puede salir el que no esta vez. El partido lleva años supurando por sus llagas de corrupcións. Pero hay más. Y hasta diría que peor. La economía no les vale ya como antídoto ni les salva de la sangría. La sensación es que es algo gastado que hay ya que ir dejándose de poner. Cataluña, reconociendo al presidente su labor, les ha salido por la culata y parecen no querer ver el error. La vicepresidenta falló, un trastazo de escalofrio, que se sigue pagando hoy en la conjunción letal jurídico política en los momentos cruciales. Soraya fracasó, la información y la comunicación, desastrosas ambas, fueron antesala de un batacazo monumental.
Desde hace mucho y en agudizado ascenso está una de sus señas de identidad: su incapacidad de transmisión de acción, discurso o mensaje. Su “logro” ha sido engordar a sus más encarnizados enemigos y conseguir la desafección de quienes sentían por ellos simpatía. El PP ha perdido el pulso. Es un boxeador rocoso pero solo sabe encajar. Y los golpes se los lleva todos él mientras los suyos solo golpean vacío. Y, además, son multitud quienes se los quieren dar y derribar de una vez a Rajoy. Es oscuro objeto de deseo y de venganza de tantos durante tantos años. Los que más, esos “amigos” de dentro y luego los “influyentes” mediáticos o económicos por los que jamás se ha dejado influir, y ¿cómo no?, el rencoroso Aznar. Enemigos que siempre han buscado el “caballo” que fuera para conseguir su objetivo. Ahora ya lo están saboreando otra vez. Si con alguien ha de tener cuidado Rivera es precisamente con las ansias de esa tropa que incluso antes de hacerlo ya está cobrándose el favor.
Los populares están obligados a reaccionar. Pero cada vez hay más dudas de que haya gentes capaces de hacerlo. Puede incluso que se imponga la táctica de simplemente aguantar. Que queda tiempo y que vendrán antes las municipales y las autonómicas y entonces se restablecerán.

Del sorpasso al surfeo

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