Un atasco propio de un político

EN España no hay quien vea un billete de 500 euros; salvo que se llame Bárcenas o Correa. Antes les hacía la competencia Julián Muñoz, pero desde que cayó sobre él la mala suerte se tiene que conformar con disponer de cuatro perras para comprar tabaco en el economato de la cárcel. En Suiza, en cambio, los hay a feixes, hasta el punto de que llegan a utilizarlos para atascar los retretes de un banco y de tres restaurantes. La investigación de semejante suceso culpa del hecho a tres mujeres españolas que tiraron al váter hasta 100.000 euros. O eran políticas o mujeres de políticos, seguro. FOTO: billetes de quinientos euros | aec

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