El “masoca” Espinar

EL novel especulador inmobiliario y comedor de mariscadas barateiras en la Galiza ceive Ramón Espinar tiene un punto de masoquista. Lo inflan un día y al siguiente vuelve a por más. Como tiene pase VIP y no necesita pagar billete, se volvió a subir al Tramabús –por cierto, ya sufrió la segunda avería–, en el que se sigue echando en falta el rostro de su padre, condenado a un año de cárcel por el uso y disfrute de las tarjetas black, y se fue de visita a Alcorcón, municipio gobernado por el pepero David Pérez. Allí, la Policía Local le dio el alto al vehículo e identificó al conductor, aunque, por supuesto, después le dejaron continuar el recorrido. Espinar, ofendido, tuiteó la afrenta perpetrada. El alcalde anduvo rápido y le contestó por duplicado. Primero, le pidió que la próxima vez que fuese a su pueblo, avisase para prepararle una mariscada con Coca Cola y, a continuación, le soltó un gancho al mentón: “Mira que ocurrírsele a la Policía pedirle los papeles a los de Podemos, ¡como si tuvieran los mismos deberes que el resto de los ciudadanos!” . Espinar guardó silencio; no le quedaba otra.

El “masoca” Espinar

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