La mala suerte del gafe se extiende al chorizo

A Javier Clemente siempre le acompañó la sombra de la mala suerte; siendo casi un chaval que iba para figura y empezaba a despuntar en el Athletic se tuvo que retirar por una lesión. Las dos Ligas que ganó con el equipo bilbaíno y la final de la UEFA que jugó con el Espanyol hicieron pensar que se había librado del gafe, pero qué va; desde entonces han pasado más de treinta años y, tras ser incapaz de superar con la selección española los cuartos de final de cualquier competición en la que participase, no ha dejado de encadenar despidos en los clubes y en las federaciones que lo contrataron. Al tener tanto tiempo libre se ha aficionado a las redes sociales y es un tipo bastante activo en Twitter. Ayer, sacó la cara por Villar, a quien calificó de “amigo” y “honrado” y para quien a las pocas horas el juez decretó prisión. Efectivamente atrae a la mala suerte.   

La mala suerte del gafe se extiende al chorizo

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