La paella debía de estar envenenada

BERTÍN Osborne, uno de los caraduras más simpáticos que andan por España, cantaba rancheras hasta que descubrió que recorrer los teatros del país llevando de la mano a Arévalo también reportaba un pastón. Parecían la remasterización del dúo Sacapuntas, el Pulga y el Linterna. La unión entre ambos semejaba indestructible... hasta que se les llenó la boca de granos. Comieron una paella con el rey emérito –otro tipo tan afable como ellos–, la infanta Elena y un grupo de amigos. Arévalo colgó en Twitter la foto del sarao y Bertín no ha vuelto a querer saber nada más de él. A ver si nos va a salir republicano...

La paella debía de estar envenenada

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