La Vuelta elimina el premio de los besos

UN ciclista no sufre durante 200 kilómetros, haga frío, llueva o el termómetro marque 40 grados, con la intención de llegar el primero a la meta y recibir como premio dos besos. Y si ese es su único objetivo, porque con tanto dopaje ya no discierne muy bien, será mejor que se retire o, al menos, que no corra la Vuelta a España, porque a partir de este año no habrá bicos de las azafatas. Desde luego, no le va a ocurrir nada a nadie como consecuencia del cambio, pero tanta corrección ya empieza a cheirar un poco. A ver si dentro de poco al rey de la montaña va a haber que empezar a llamarle el presidente de la república de la montaña.

La Vuelta elimina el premio de los besos

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