¿Nuevas elecciones en Cataluña?

Dentro del esperpento en el que se ha convertido la política en Cataluña en los últimos tiempos, un argumento que va tomando cuerpo a medida que se acercan las elecciones del 21-D es que estas no van a resolver nada y que, por lo tanto ,será necesario convocar otras en un plazo breve de tiempo. Es decir, que sin haber votado en unas elecciones ya convocadas, se está mandando un mensaje letal a los ciudadanos: habrá que volver a las urnas en unos meses.
Este mensaje supone una falta absoluta de respeto a los tiempos y a las formas que hay que guardar en democracia: parecería lógico esperar a contar las papeletas en la noche del próximo 21-D, ver los escaños que obtiene cada partido, y a partir de ahí, exigirles un esfuerzo de entendimiento, de diálogo, de negociación y de pacto, para formar un Gobierno que devuelva a Cataluña la estabilidad institucional necesaria para salir de la parálisis en que le ha sumergido el proceso independentista.
Es verdad que las encuestas dicen lo que dicen: que los partidos independentistas (ERC; PdeCat y la CUP) están rozando por debajo la mayoría absoluta y que el bloque constitucionalista (Ciudadanos, PSC y PP) tampoco la obtiene, lo que convierte a la marca catalana de Podemos en árbitro de la situación. Ciertamente, si esos augurios demoscópicos se cumplen, las dificultades para pactar y formar gobierno serán enormes, pero eso no es motivo para que a priori se esté lanzando el mensaje de que antes de votar el 21-D ya se esté pensando y hablando de unas nuevas elecciones. En los diez días que quedan de campaña electoral pueden pasar muchas cosas, algunas de ellas muy significativas y que caso de confirmarse cambiarían por completo el análisis que se hace a día de hoy.
Por ejemplo, que Ciudadanos consiga ser la fuerza más votada, por delante de partidos como ERC o la lista de Puigdemont, y que eso obligara a los partidos no independentistas, especialmente a Podemos, a tener que mojarse y optar bien por apoyar la investidura de la candidata de Ciudadanos, Inés Arrimadas, como presidenta, o bien por apoyar a un candidato independentista, donde las cosas tampoco están muy claras ya que Puigdemont está remontando cada día y comiéndole el terreno a ERC que tiene a su líder natural, Oriol Junqueras, en la cárcel. En resumen, puede pasar de todo el 21-D, por eso hay que esperar y en cualquier caso sería deseable que se evitase volver a llamar a las urnas dentro de unos meses a los ciudadanos de Cataluña. La situación social y económica no está para ese tipo de licencias.

¿Nuevas elecciones en Cataluña?

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