Una accesibilidad inaccesible

Mañana, 4 de diciembre de 2017, expira el plazo para adecuar las ciudades de España a la normativa europea sobre barreras arquitectónicas y Vilagarcía desde luego está a años luz de lograrlo. Aunque no deberíamos ceñirnos al cumplimiento de la ley en un asunto tan delicado como facilitarle la vida a las personas que ya tienen dificultades en su día a día, sino que deberíamos hacerlo por justicia y sensibilidad social. Pero ni así.
Hace casi año y medio, el 15 de junio de 2016, el alcalde y la concejala de Urbanismo, visitaron el IES Castro Alobre invitados por un grupo de estudiantes que habían hecho un trabajo sobre la accesibilidad en Vilagarcía. Querían entregarles los resultados de ese estudio y les comunicaron que habían puesto un suspenso al Concello en cuanto a la eliminación de barreras se refiere. En ese momento, el alcalde admitió las deficiencias existentes, les dijo que era imperdonable y que se pondrían manos a la obra para solucionarlo. Es más, les prometió que en un año, volverían a visitarles para rendirles cuentas sobre las acciones acometidas. Vamos, que irían a subir nota en la recuperación de septiembre. Pues bien, pasado este tiempo, una vez más, no cumplieron con su palabra. En toda la legislatura, y en palabras de la portavoz del gobierno en el pleno del pasado jueves, lo único que hicieron fue la obra de la parada de autobuses en O Cavadelo, famosa por el plagio de las marquesinas y las aceras de la Avenida López Ballesteros… Y eso sí, un montón de proyectos que llevan anunciando más de 29 meses, es decir, desde que llegaron al gobierno y antes. El caso es que el suspenso de los estudiantes es hoy un “Muy Deficiente” de toda la ciudadanía.
También les dijeron a aquellos estudiantes del Instituto que estaban elaborando, junto a entidades locales que trabajan con personas con discapacidad, un plan estratégico para la eliminación de barreras, que a día de hoy no vio la luz y que tenían 50.000 euros en el presupuesto de ese año (2016) para adoptar medidas de accesibilidad en los edificios municipales. No sabemos en qué se los gastaron, pero en eso no. El acceso al Concello por la puerta principal sigue siendo imposible para personas que transitan en silla de ruedas, el auditorio tiene una rampa de acceso que da vértigo, los Centros Culturales y el resto de edificios públicos siguen sin pictogramas…
En estos 29 meses de gobierno socialista en Ravella, en varias ocasiones hemos debatido mociones sobre accesibilidad y todas ellas han se han aprobado con gran respaldo, acuerdos plenarios que deben estar amontonados en el fondo del cajón con el resto de los incumplidos de esta legislatura. Eso sí que es una barrera arquitectónica real. Sabemos que el objetivo “Barreras Cero” es muy difícil de lograr, pero desde luego si no empezamos, nunca nos acercaremos a él. A día de hoy, las posibilidades económicas del Concello de Vilagarcía no son una dificultad, más bien todo lo contrario (es la evidencia de que nunca estuvimos tan cerca de poder lograrlo). Lo que limita el cumplimiento de la palabra y de la ley es una cuestión única y exclusivamente de voluntad política del gobierno local.
Las barreras le dificultan la vida a muchos de nuestros vecinos y vecinas. Siempre relacionamos la accesibilidad a personas que llevan un carrito de bebé o aquellas con problemas de movilidad, pero no pensamos en que hay discapacidades como la invidencia o el trastorno del espectro autista, para las que entrar en un edificio no adaptado o transitar por una calle sin las medidas adecuadas se convierte día a día para ellos en un deporte de riesgo.
Decía el hoy alcalde como candidato: “Aspiramos a eliminar todas las barreras de vías públicas y edificios municipales”… Pues se le acabó la aspiración el mismo día de las votaciones. Aunque también dijo que Vilagarcía se merecía un alcalde que no mienta y en esto, también ha mentido…
Señores del gobierno de Vilagarcía: cumplan su palabra, cumplan con la ley y hagamos de esta una ciudad inclusiva.

Una accesibilidad inaccesible

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