El PSOE y sus marcas blancas

Siempre se ha dicho que lo original supera, por mucho que se intente imitar, a sus copias y sucedáneos. También se dice que todo lo malo se pega y la política no iba a ser menos. Digo esto porque el viernes tocó teatro. Teatro, pero del malo. Una función pésima en la que las actrices principales (dos concejalas del gobierno) tuvieron que intentar representar el papel de personajes dialogantes y que valoran el trabajo de los demás grupos de la Corporación. Siento decir que no coló, que no nos creímos nada. Se nos llamó a la oposición para hablar de los presupuestos, pero esa no era la intención real. Se nos llamó realmente para que no pareciese que pasan olímpicamente de los representantes de miles de vilagarcianos. Hacen este paripé de mal gusto con cámaras para luego atreverse a decir que sí consensúan…
Además faltaban los actores secundarios porque ni Xabier Ríos, el portavoz del BNG, ni su compañera de formación hicieron acto de presencia. Bueno, realmente, sí estuvieron presentes: en las portadas de los medios de comunicación después de anunciar la víspera que le firmaban un cheque en blanco a sus “jefes” del PSOE para los presupuestos. Es posible que no hayan podido acudir por estar desempeñando otras ocupaciones, pero les diré que el resto de representantes y partidos también tenemos ocupaciones y nadie nos ha preguntado si nos iba bien acudir a esta farsa ese día y a esa hora, pero ahí estábamos. Aunque es más significativo que el propio alcalde estuviese en el Concello, a escasos metros de la sala de juntas y no se haya dignado a acudir a la reunión más trascendental del año. Es la importancia que le otorga al documento que marca el rumbo de la vida municipal… ninguna. Y esa es la importancia que le da al trabajo de la oposición real… ninguna. Ya tiene los 3 votos que le hacen falta para aprobar el presupuesto y por tanto ya puede decir que reúne a la oposición, cambiar la fecha del Pleno sin contar con sus compañeros y compañeras de Corporación y decir que es un gran negociador… total, una ya se va acostumbrando a sus mañas políticas.
Recuerdo cuando en enero de este mismo año el BNG salió a la palestra a decir que esta vez no tenían claro su apoyo a los presupuestos. Los que llevamos un tiempo en esto nos miramos y negamos con la cabeza. Sonaba a falso porque era falso. De hecho, acertamos los 21 votos que habrá en el Pleno, la fractura entre partidos y hasta el número total y el porcentaje de propuestas que este “tripartito encubierto” que nos gobierna aceptaría del PP: CERO.
Algunos políticos confunden el interés general de la ciudadanía con las matemáticas. No hay como conocerlos un poco para ver que tras esa fachada, no hay nada… solo oscuridad.
Sólo falta que sean valientes y digan alto y claro cuál ha sido el precio, el de verdad, para que algunos hayan girado 180 grados en público para quedarse exactamente en el mismo lugar donde llevan en privado desde 2015. Aquí los responsables son tanto los que dictan qué se ha de votar a los demás, como los que acatan ese dictado y hasta cuándo pueden contarlo. El BNG se ha convertido en la primera marca blanca del PSOE. Del caso del díscolo expulsado... bueno, como se suele decir, tampoco vamos a ganar nada hablando de lo que todo el mundo tiene claro… No seré yo quien le dé protagonismo, para eso ya está el PSOE.
El primer presupuesto lo aprobó Varela por la puerta de atrás, sin contar ni con sus actuales socios porque no lo necesitaban. Para el segundo y el tercero debió de subir el precio para borrar los logos de los partidos que no quieren gobernar a su lado, pero que se esconden tras él y le allanan el camino, incumpliendo la labor de la oposición. Allá cada cual. Está claro que el Pleno de Ravella está roto desde hace tiempo en dos mitades: La del PSOE y sus marcas blancas y la de los demás representantes de la ciudadanía, la oposición real. Lo que no sé es qué va a pasar en la próxima campaña, cuando alguno vaya a dar mítines diciendo que son una opción real para el futuro de Vilagarcía. Ahí verán que su logo es ahora un cuadrado blanco, que a base de dejarse comprar en los presupuestos acaba siendo devorado por quien un día fue compañero de un calamitoso bipartito y que en breve será un cruel enemigo que huele sangre y votos… Una vez más, la mejor noticia es que cada día queda menos para que las urnas pongan nota y pasen facturas a estas concesiones partidistas y faltas de respeto a quien trabaja de forma seria y transparente por el bien común. Decía mi abuela que lo barato acaba saliendo caro y en Vilagarcía tenemos amplia experiencia con los acuerdos de unos y otros que ahora quieren prolongar a escondidas.

El PSOE y sus marcas blancas

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