PERDIMOS POR EL ÁRBITRO

Semana tras semana se repite la misma historia, como si de un disco rayado se tratase y en el que suena una y otra vez aquel éxito de Gabinete Caligari la culpa fue del cha cha cha. Un dejavú donde directivos, entrenadores, jugadores se les llena la boca cada vez que alguien les pone un micrófono delante y descargan su ira o frustración producto de las decisiones tomadas por el trencilla de turno y que fundamentalmente acaban con derrota o empate de sus respectivos equipos, lo que nunca veremos es lo opuesto, ser favorecidos y decir públicamente que nos han ayudado, pero así somos los humanos...
No nos paramos a pensar que los árbitros tienen que tomar decisiones en décimas de segundo sin posibilidad de visionar vídeos para poder rearbitrar, y lo peor de todo esto, es que los que formamos parte de este mundillo no ponemos nada de nuestra parte para facilitar una tarea tan difícil como es impartir justicia dentro de un terreno de juego, donde las pulsaciones están por encima del ritmo cardíaco normal y en el que una misma decisión provoca sensaciones tan opuestas como satisfacción o enfado en función de quien las reciba.
Cuanto tenemos que evolucionar en el fútbol para respetar al estamento arbitral como en otros deportes, en el rugby por ejemplo, donde el árbitro actúa como verdadero juez intentando impartir justicia a sabiendas de que el error humano existe y que por tanto se puede equivocar, pero no veremos a un pilier, talonador o a un zaguero levantar las manos ni protestar de forma airada, en el fútbol desgraciadamente sí y en todos los partidos. Así de obtusos somos, deberíamos saber que al final todo se equilibra, lo que un día me “dan” otro me lo “quitan”.

PERDIMOS POR EL ÁRBITRO

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