Balance de la temporada

En reciente artículo Lucía Méndez nos contaba que tanto en la cúpula del PP como dentro del gobierno se percibe u cierto desasosiego al entender que están al final de una época. No se hace política sino que se “tapan agujeros” y bastante hacen “cpm seguir vivos”. 
Posiblemente sea este el mejor balance de la temporada marcada por la corrupción (todos los secretarios del partido pasaron por los juzgados y Rajoy está a la espera). Con los ecos del rescate bancario (su coste, ahora reconocido), la inacción en asuntos de gobernanza ciudadana; el dilatado parón en nuevas infraestructuras o en “remendar” las que envejecen –según el propio gobierno en los últimos diez años la inversión se redujo en un 68%– cierran un balance donde la mediocracia –para usar una palabra muy querida por el compañero Pedro Trapiello– es otra seña de identidad del gobierno por su medianía, mediocridad e incompetencia ante los retos que nos traen los nuevos tiempos. 
Hace unos pocos días Mariano Rajoy nos anunciaba, sin ponerse colorado, desde el G-20 que en cuestiones de medio ambiente no se podía contar con Estados Unidos, obviando que él, a través de su primo, negó más veces que Pedro a Jesús, el cambio climático. 
Es un buen ejemplo que se añade al de negar la crisis,  cerrar los ojos a la corrupción que le rodea o esperar a que escampe en Cataluña. 
Esta etapa, que al parecer ya  se le ve el final,  será recordada por la ayuda desde las administraciones del Estado  al capitalismo clientelar que no es otra cosa que favorecer los intereses económicos y electorales de los amigos del partido en el gobierno, lo que alguien llamó “parasitación de las instituciones”, “palabro” que, en sede parlamentaria, el presidente del gobierno dijo no entender ¿?  
No olvidemos tampoco los esfuerzos constantes para situar en los órganos judiciales a personas de confianza, con lo que esto significa y, ay, pone patas arriba cualquier intento de vender por ahí “la marca España”. Y esto no es casualidad pues un estudio de +Democracia, el PP suspende en la calidad democrática de su organización y el partido de Rajoy obtiene la peor nota de las cuatro principales formaciones, según un estudio basado en cuarenta indicadores  centrados en la democracia interna de los partidos, el sistema de selección de candidatos, la información pública, los derechos de los afiliados, etc.
Lo mejor del balance es que puede ser el último. 
 

Balance de la temporada

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