Adopción responsable

as protectoras de animales están desbordadas. El abandono ha llegado a tal extremo que se han visto obligados a lanzar un mensaje de socorro y apelar a la solidaridad de la adopción responsable. Toda la ayuda que se pueda prestar es poca para darle una oportunidad a las decenas de perros y gatos que se encuentran en unos refugios saturados. Hace unos días se celebró un festival a beneficio de la protectora de Cambados y este fin de semana habrá otro en favor de la de Vilagarcía. Animo a que acuda todo el mundo porque el fin merece la pena.
Si alguien está interesado en adquirir una mascota debe informarse sobre todos los requisitos que se precisan, así como de las obligaciones que implica tener un animal en casa, al que cuidar y facilitarle una vida de calidad en todos los ámbitos. No tengo nada en contra de los criadores porque la mayoría son muy profesionales, pero sí de los escaparates que exhiben animales a pesar de que imagino que cumplen con todos los requisitos legales para hacerlo, por lo que aconsejo a quien quiera un perro que se decante por la adopción y lo digo por experiencia propia. Rescatar a un animal de la protectora implica salvar dos vidas, la de esa mascota y de la que ocupará su lugar.
Estamos en vísperas de Navidad y puede que algunos padres acepten la petición del niño que demanda insistentemente un cachorro. Seguramente se comprometerá a sacarlo todos los días a la calle, incluso con lluvia y frío, a limpiar sus deposiciones, a bañarlo... en definitiva a todo lo que haga falta y más con tal de que el animalito llegue a casa, pero al final todos sabemos sobre quien recaerá la responsabilidad final.
Una mascota aporta muchas cosas positivas pero es necesario recalcar que conlleva un gasto importante cuando llega al nuevo hogar, puesto que es obligatorio un desembolso para adquirir complementos como el collar, la correa, la comida, el veterinario... Si se puede asumir este coste, el siguiente paso es el de disponer de tiempo para que dé los paseos que le correspondan en función de la raza elegida y la paciencia necesaria para su adaptación en la nueva casa, algo que no siempre es inmediato.
Cuando se tiene un perro, o dos como es mi caso, ambos adoptados, pasas a convertirte en sospechoso para mucha gente de ser tú el que no limpia las deposiciones del can en las aceras, por lo que conviene ser muy escrupuloso en este asunto y mantener un mínimo de educación y civismo, que pasa por recoger los excrementos y, si puede ser, yo lo hago, llevar una botella de agua para las micciones con el fin de prevenir malos olores que puedan molestar al conjunto de los vecinos.
A nadie le gusta salir a la calle de paseo y que el suelo sea una pista de obstáculos desagradables porque hay personas que no piensan en los demás y les importa muy poco la imagen que ofrecen del lugar donde viven.
Quien no esté dispuesto a esta disciplina diaria es mejor que no tenga animales porque incluso en los parques caninos es preceptiva la higiene para no convertir el suelo en un campo de minas.
Aunque no lo crean, a quien más les molestan las heces de perro en las calles es a dueños de perros que sí limpian. Y, precisamente, suelen ser los propietarios de estas mascotas los que llaman la atención a otros que dejan corretear al animalito para que se divierta y se desentienden de lo que pueda ensuciar.
Ahora bien, vale la pena, y mucho, esta disciplina por todo aquello que ofrecen los perros y gatos en una casa. Si se lo han pensado y aceptan los contras, porque los pros se dan por descontado, les animo a dirigirse a la protectora que prefieran, les expliquen el tipo de mascota que les gustaría tener y, sobre todo, se dejen aconsejar por quien puede ofrecerles el animal que hará que cambien sus vidas para mejor.
No compren, adopten. Adopten con responsabilidad.

Adopción responsable

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