Competencia comercial

La instalación de Alcampo en Vilagarcía está próxima. La aprobación de la licencia de obra por parte de la Xerencia de Urbanismo para construir la nave es uno de los últimos pasos para que la ciudad cuente con un gran hipermercado. Pese a que en el título figura que los permisos corresponden a un “centro comercial-hipermercado” en la antigua finca de Megasa, desde el gobierno local aseguran y aseveran que no habrá tiendas a su alrededor. Y seguro que será así,  y no solo ahora, sino también en el futuro, porque de lo contrario tendrían que dimitir todos y cada uno de los integrantes del gobierno local de inmediato.
Este asunto fue crucial durante la campaña electoral. Es más, tuvo una influencia notable en el cambio de gobierno, no en vano fue arma arrojadiza y centró buena parte del debate político en la ciudad. Quizá por ello, se echa de menos que en el nombre del proyecto no se quitase la coletilla de “centro comercial” porque, al fin y al cabo, no va a serlo, es decir, el hipermercado estará en una superficie única y diáfana.
Imagino también que se establecerá algún tipo de blindaje para que, una vez finalizada la suspensión de licencias y sin un Plan Xeral que reordene el urbanismo, no quede ningún recoveco sin cubrir por el que se cuele alguna artimaña que permita abrir negocios en esa superficie. Para que eso no ocurra, Vilagarcía deberá disponer de un PXOM. El problema es que el tiempo vuela y el asunto de las licencias caduca antes de que llegue la próxima primavera, si no hay prórróga, y no se ve que este trámite viaje a velocidad de crucero, por lo que los concejales tendrán que efectuar un verdadero sprint burocrático para llegar a la hora y evitar que esa coletilla de “centro comercial” pueda dar lugar a interpretaciones diferentes a la que se le da en este momento.
Por lo demás, el hecho de que una multinacional conmo Alcampo, y otras que se instalarán próximamente, se interesen por la comarca arousana y que inviertan aquí es significativo. Eso indica que los estudios de mercado realizados entienden que O Salnés es un lugar de referencia, propicio para abrir nuevos negocios y generar valor añadido. Es evidente que el proyecto de Alcampo tendrá defensores y detractores. Habrá quien defienda la creación de decenas de puestos de trabajo directos e indirectos y quien lo critique por su supuesta precariedad, y también quien considere que se trata de una nueva oportunidad para el consumidor y quien considere que en esa nave habrá personas que entren con las manos vacías y salgan con todo lo necesario para comer, encuentren toda la tecnología audiovisual que precisan, adquieran ropa, menaje del hogar, algún que otro mueble y todas las ofertas del mundo a unos precios competitivos.
Está claro que el comercio tradicional debe ahondar en la fidelización, modernizarse, especializarse y buscar nuevas fórmulas para sobrevivir ante la competencia que le viene encima con la inminente llegada del “centro comercial-hipermercado” tenga tiendas o no.

Competencia comercial

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