Compras con valor

A nadie se le escapa que las comarcas arousanas tienen un potencial enorme y que, gracias al esfuerzo y al emprendimiento de sus gentes, su influencia es cada vez mayor en el conjunto de Galicia. Si hablamos de pesca, marisqueo, turismo, patrimonio, huerta o vino, nuestros municipios aparecen como un referente a tener en cuenta. La crisis económica ha golpeado fuerte y todavía se notan sus efectos, pero poco a poco se están dando pasos de cara a la recuperación y una prueba de ello es que cada vez son más las noticias que hablan de fuertes inversiones. En el caso de Vilagarcía estamos pasando de la pesadumbre del cierre de Cuca, por ejemplo, a la inminente apertura de Alcampo o la más que probable de Decathlon en la zona de As Carolinas. Todo ello viene acompañado de puestos de trabajo y de promoción tanto para la ciudad como para el conjunto de la comarca. Otra cosa bien distinta es si estos empleos son de calidad o no, pero esa es una cuestión que todavía está por ver.
Ante este panorama, el comercio local debe estar en alerta y mantenerse más unido que nunca para afrontar una competencia como la que nunca tuvieron hasta ahora. Las grandes superficies disponen de mecanismos más que suficientes para el efecto llamada y eso supone que habrá comercios que perderán clientela y poder adquisitivo, por lo que el riesgo de cierre crece exponencialmente. En un mercado libre como en el que nos encontramos no se pueden poner puertas al campo y tanto el pequeño establecimiento como las grandes superficies deben convivir, aunque, eso sí, sin que haya desigualdades.
Llegados a este punto, los colectivos que representan a las tiendas de toda la vida van a tener que realizar un ejercicio de pedagogía entre la ciudadanía para que a la hora de hacer sus compras piensen en las actividades sociales y culturales que promueven a lo largo del año, las aportaciones solidarias a las diferentes causas de interés o a la cantidad de socios protectores de casi todos los equipos deportivos de la ciudad.
Este es un asunto sobre el que hay que poner el acento porque hay intangibles que no se incluyen en la etiqueta del precio final del producto, pero que contribuyen a un futuro armónico de todos. No estoy en contra de que multinacionales como Alcampo o Decathlon, entre otras, se instalen en Vilagarcía, pero me gustaría llamar la atención sobre ese valor añadido que ofrecen los comercios en nuestras calles. Porque las tiendas, con sus escaparates, ofertas y demás contribuyen de manera decisiva al embellecimiento del entorno e invitan a la inversión. 
La prueba está ahí. Creo que a nadie le gustaría salir de casa y dirigirse a cualquier punto de Vilagarcía a través de un paseo de grandes cristaleras tapadas con papeles de periódico, suciedad, abandono y falta de luminosidad. Pues eso es lo que ocurriría si dejamos a un lado las tiendas de toda la vida y nos dejamos seducir por la promoción de turno de la gran cadena que sí, que aporta puestos de trabajo, igual que los otros, pero no es lo mismo.
 

Compras con valor

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