El zapato de Cenicienta

l concurso para cubrir la plaza de jefe de la Policía Local de Cambados está inmerso en la polémica permanente desde que salió a la luz, tanto por la parte política como por la sindical. La oposición municipal, el PP, el partido más votado con mucha diferencia sobre los demás en la localidad, duda de la transparencia del proceso y ya manifiesta públicamente y sin tapujos de que la alcaldesa ha creado un traje a medida para el actual responsable del Cuerpo e, incluso, se atreve a hablar de “decretazo” de la regidora para favorecer a este responsable policial.
Por su parte, los sindicatos UGT y CSIF se enzarzan en discusiones sobre si el concurso es irregular o no y si debería convocarse con unas bases distintas o sirven las mismas en una clara demostración de que algo no se está haciendo bien, porque de lo contrario todos estarían de acuerdo.
Admito que desconozco los pormenores y las vicisitudes legales de los diferentes procedimientos que puedan existir para realizar este tipo de contrataciones, pero a tenor de las reacciones a la propuesta municipal es evidente que algo no va bien. El Concello dispone de servicios jurídicos de solvencia contrastada, por lo que sería aconsejable, si es que no se hizo ya, que repasaran la letra pequeña, si es que la hay, de todo este proceso para confirmar que no hay reparos de ninguna clase y acabar de una vez con toda esta marejada. Así no habría dudas acerca de su legalidad y el PP, por ejemplo, no hablaría de supuesto trato de favor ni nada por el estilo y, sobre todo, los sindicatos, en teoría garantes de la igualdad de oportunidades para los trabajadores, estarían de acuerdo en lo básico y no discutirían acerca de posibles irregularidades.
Todas estas discrepancias, o voces con pareceres distintos, llámenle como quieran, solo perjudican al gobierno cuatripartito de Cambados y siembran la duda entre la opinión pública al abrir un debate innecesario y estéril entre los vecinos de la capital del albariño acerca de los métodos y formas que se utilizan a la hora de contratar a trabajadores públicos. Seguramente habría conclusiones de todo tipo, pero algunas alimentarían dudas y en estos casos conviene ser claro y diáfano para evitarlas.
Sobre todo porque venimos de una época en la que los actuales gobernantes, antes en la oposición, criticaban con mucha dureza, no sé si con razón o sin ella, los métodos utilizados para la contratación del personal municipal. Y es por ello por lo que el cuatripartito debe ser escrupuloso con este asunto y no dejar nada a la especulación.
Ahora bien, si consideran que todo es correcto y que el método debe ser el ya elegido porque piensan que es el más adecuado y además es legal, entonces que sigan adelante, sabiendo de antemano que habrá partidos políticos y sindicatos dispuestos a fiscalizar y a recurrir ante diferentes instancias la más mínima posibilidad de que se vulnere algún derecho. Es un supuesto, pero en el caso de que se encontrase algo irregular, los partidos que sustentan el gobierno tendrían que dar muchas explicaciones para argumentar que son distintos a otros que fueron acusados de elaborar concursos a medida para contratar a quien quieren para un puesto determinado porque solo esa persona cumple los requisitos. Vamos, igual que el zapato de Cenicienta.

El zapato de Cenicienta

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