Empleos de calidad

El paro bajó en las comarcas arousanas de forma significativa en 2017. Hay, en números redondos, dos mil demandantes de empleo menos lo que supone, sin duda, un dato positivo porque evidencia recuperacioón económica y dinamismo en la actividad empresarial, algo fundamental para activar las políticas emprendedoras que favorezcan la creación de nuevos puestos de trabajo. Hacen falta 16.887 contratos para acabar con el paro en O Salnés, O Barbanza y Ulla-Umia, una cifra utópica pero que hay que tratar de lograr para alcanzar el pleno empleo, pero no al precio que sea.
La precariedad y la eventualidad son características en esta zona y pocos pueden decir que gozan de un empleo estable y bien remunerado. Porque esto es otra, los salarios dejan mucho que desear y la recuperación de la crisis de la que nos hablan no va aparejada con unas mejores condiciones laborales.
Arousa es una de las comarcas gallegas donde más contratos se formalizan a lo largo del año, vinculados, sobre todo, al sector de la hostelería, que tiene una época fuerte en el verano y decae al término de la temporada turística, tal y como desvelan las estadísticas año tras año. Un dato es que una buena parte de estos trabajadores, a los que se podrían sumar los del comercio, firman de media más de cuatro contratos anuales y de ellos poco más de sesenta por ciento son a tiempo completo.
Además, los salarios son tan bajos que, tal y como denuncian los sindicatos, una buena parte de estos trabajadores se ven obligados a recurrir a ayudas familiares o de organizaciones no gubernamentales para llegar a fin de mes. Una sociedad moderna con políticos que presumen de haber superado la crisis no pueden permitirse que suceda esto.
 Es importante que se genere empleo pero también que los puestos de trabajo sean de calidad, que las personas contratadas dispongan de un salario digno que no solo le sirva para subsistir con apreturas. La competitividad no puede recaer sobre el sueldo de los currantes de a pie porque fueron ellos, precisamente, los que pagaron el precio más alto de la coyuntura económica negativa al quedarse en el paro, sin ayudas y con recortes en los servicios sociales porque, simplemente, no había recursos suficientes para tanta demanda.
Esta comarca necesita más empleo industrial y eso es lo que se nos ha ido yendo a lo largo de los últimos años. Las políticas que tratan de fomentar el asentamiento de empresas en los polígonos es positiva y debe contribuir al objetivo que no es otro que el de la estabilidad, el de la dignidad y el que contribuya a formar nuevas unidades familiares porque de ello depende nuestro futuro.
 

Empleos de calidad

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