La leche

Aglomeraciones, botellones masivos, sensación de inseguridad y agobio, altercados aislados, comas etílicos o suciedad, mucha suciedad, son algunos de los efectos secundarios de la Festa da Auga, que cada año atrae a miles y miles de personas a Vilagarcía. Todos los años se plantea el mismo debate acerca de este multitudinario evento. Existen argumentos a favor y en contra cargados de razón al respecto de los límites que deben ponerse o imponerse a esta fiesta, pero lo cierto es que cualquier medida que se adopte nacerá cargada de polémica.
Las fiestas de San Roque de Vilagarcía siempre han tenido mucho ambiente pero le faltaban el valor añadido que le aporta el Auga. Cuando nació estaba cargada de esencia y a nadie le importó que poco a poco la “hazaña”, entre comillas, de la juventud de pasarse la noche de marcha, tomarse un tentempié por la mañana y recuperar fuerzas para el remojón del mediodía. Todos los que vivieron esos momentos los recuerdan con nostalgia sin darse cuenta de que ese pasarlo pipa fue la semilla de lo que es hoy, es decir, otros jóvenes queriéndolo pasar bien.
A mí también me resulta incómodo ver a jóvenes bebidos, a otros orinando en cualquier lugar y a algunos pasados de todo. Sin embargo, la gran mayoría, que se cuenta por miles y miles, viene a Vilagarcía a pasarlo bien y a vivir una experiencia que invita a repetir un año tras otro.
Me quedo con eso, con el sentido del humor de casi todos y de la repercusión que esta fiesta tiene para Vilagarcía y para el resto de la comarca. Los hoteles están llenos y aunque haya quien se empeñe en lo contrario, lo que de verdad trasciende es que la Festa da Auga de Vilagarcía es la la leche, o sea, una embajadora de lujo para que algunos de los que vienen a mojarse decidan que el año que viene o el siguiente o quizá otro, además de calarse hasta los huesos, aprovechen estos días para conocer un poco más en profundidad la capital arousana y el resto de la comarca de O Salnés.
Pues eso, para mí prima más el beneficio que reporta la Festa da Auga en todo su conjunto que los inconvenientes que, al fin y a la postre, finalizan en apenas unas horas. Y todo porque la Festa da Auga es la leche.