Un baile por la Ameixa

La estéril polémica sobre las fechas de celebración del 25 aniversario de la Festa da Ameixa de Carril empieza a apagarse después de que el Concello y la Cofradía hayan alcanzado un principio de acuerdo en cuanto a la seguridad y la intendencia. Sin embargo, esto no quiere decir que se hayan acabado las discrepancias ni mucho menos, porque ambas partes, si bien han guardado las formas públicamente en los últimos días, mantienen un enconamiento que a nada conduce.
La esperada reunión entre los responsables municipales y el patrón mayor, a la que no asistió el alcalde, dio algún fruto que debe madurar. Lo que se dijeron y el tono con el que se expresaron es un asunto que no ha trascendido y la conclusión es que no les queda otra que buscar puntos de encuentro que permitan celebrar la Festa da Ameixa. En resumidas cuentas el asunto es que los organizadores tendrán que realizar un Plan de Autoprotección y el Concello llegará hasta donde le sea posible en el resto de medios humanos y materiales. Esto significa que poco más o menos estamos en un punto similar al discurso previo a la reunión. Lo que varía es que el Concello hará lo que pueda, pero claro... ¿y si no puede?
Una vez que se pasa del imposible a hacer lo que se pueda, lo adecuado sería una comparecencia conjunta en la que ambas partes defendieran sus posturas y enfatizaran en lo esencial para dar una imagen de apoyo sin fisuras no solo al evento gastronómico, sino a lo que significa para el sector y la promoción turística.
El problema radica cuando una de las partes, o las dos, se empecina en mantener un pulso sin sentido y que solo vale para el ego, es decir, para nada más que para fanfarronear de influencias o de fortaleza efímera en un momento determinado. Esa es la impresión que queda, que la Festa da Ameixa se celebrará porque el Concello decidió dar marcha atrás, ceder en lo esencial y aportar un granito de arena para que no pierda su condición de interés turístico. Y eso es loable.
Lo más probable es que no suceda nada y que la normalidad presida la jornada festiva, pero si surge cualquier imprevisto y ocurre una desgracia, que ojalá no, me gustaría que todos los que se ríen ahora por lo bajini de la supuesta marcha atrás del Concello entonaran su mea culpa y confesasen que, aunque no toda, algo de responsabilidad han tenido.
Lo que está claro es que el calendario de fiestas de Vilagarcía del próximo año deberá tener una mejor planificación para que no se repitan estos vaivenes. A partir de ahí, con tiempo por delante, podrán discutir sobre la conveniencia o no de una fecha para la Festa da Ameixa, lo cual puede resultar comprensible, pero lo de organizar una verbena que se prevé multitudinaria esa noche en la playa de A Compostela, con todo lo que hay previsto para esa jornada, es un capricho que la Cofradía bien podría ahorrarlo y poner a todo el mundo a bailar a ritmo, pero en otro lugar.

Un baile por la Ameixa

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